Puntos de vista
martes, 29 de diciembre de 2020
|
EL BULEVAR DE LA VIDA
Un “Ciudadano Cero” Residente en Calle 13
|
Cuando se habla del aumento de los casos de violencia en el país, muchos piensan en la familia, en la debilidad institucional o en el mal ejemplo de la corrupción con impunidad; y tienen razón. Solo que a estas razones, debemos añadir los efectos del cambio de expectativas y aspiraciones de nuestros jóvenes y adultos. Es así como nos encontramos con un joven, un hombre light como lo definió el psiquiatra español Enrique Rojas, a quien la sociedad, la publicidad, y el consumismo tan dominantes en estos tiempos, le ha enseñado que para SER primero hay TENER, a lo que uno añade que, además hay que EXHIBIR y aparentar. Para hacerlo, las redes sociales son el escaparate por excelencia. Instagram, por ejemplo.
No es exactamente cierto que la mayoría de los robos y asesinatos se cometen porque alguien, de tan pobre, no tiene un pan para comer. No. No es un pan lo que buscaban los dos jóvenes que asaltaron a José Monegro y su familia, o esos otros jóvenes que hoy te asaltará a cualquier hora y en cualquier lugar de Santo Domingo, sino dinero para comprar un porro, los tenis de Lebrón, el último Smartphone, (robado, por supuesto.).
Hablo de ese joven que describe magistralmente El Residente/ René Calle 13, en su aporte a la versión que de la canción “Hay un niño en la calle”, de Armando Tejada Gómez grabará en su despedida Mercedes Sosa. Dice René:
“Cuando cae la noche duermo despierto/ Un ojo cerrado y el otro abierto/
Por si los tigres me escupen un balazo/. Mi vida es como un circo, pero sin payasos./
Yo soy un elemento más del paisaje./ Los recibos de la calle son mi camuflaje/
como algo que existe, que parece de mentira./ Algo sin vida pero que respira”.
Les presento al Ciudadano Cero, que este sociedad ha creado, y al que Joaquín Sabina define como “un macarra de ceñido pantalón, (...) hijo de la derrota y el alcohol./ Sobrino del dolor,/ primo hermano de la necesidad/ que tuvo por escuela una prisión y por familia y por maestra, un colmadón y una mesa de billar”.
Sólo era asunto de tiempo, que el chico de la calle de René, que es el mismo Ciudadano Cero de Sabina, saliera del agujero y tomara las calles de Santo Domingo. ¡Sálvese quien pueda!