Periodistas en libre mercado

Los periodistas que se respetan a sí mismo y a su profesión observan pautas éticas y deontológicas sin necesidad de que les sean requeridas o impuestas. Pero a veces se piensa que por amor al oficio deberían sacrificarse y rechazar ofertas mejor remuneradas para trabajar en el sector público o el área privada.

Se así lo hicieran se estarían sacrificando porque al permanecer como reporteros en medios de comunicación se privarían de disfrutar de ingresos sustanciales.

Es un hecho conocido y debatido sin mayores cambios, que el salario promedio de los periodistas es muy bajo en la mayoría de los medios con muy contadas excepciones.

Es precisamente por esos reducidos ingresos que desde hace décadas, cada vez que un gobierno o empresa privada necesita un relacionista público lo busca en los medios.

Entre medios también ha existido competencia para atraerse uno que otro reportero o editor y el mecanismo es ofrecer mejor remuneración o condiciones laborales.

Algunos de los que han usado ese método como algo rutinario o normal ahora lo resienten porque el Gobierno atrae periodistas y se quejan de competencia desigual.

En un tiempo ya lejano y olvidado regía una suerte de regla o acuerdo no escrito mediante el cual los medios se comprometían a no buscar periodistas en la competencia. Si los medios quieren detener la fuga de periodistas quizás podrían lograrlo pagando mejores salarios, algo difícil por esta crisis económica causada por la pandemia.

De todos modos en algunos casos sería un intento fallido porque las diferencias salariales son abismales, además de que se ofrecen atractivas ventajas adicionales.