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POLÍTICA Y CULTURA

Una observación de Gramsci, medular

Una concepción contradictoria expuesta por el filósofo marxista, político, sociólogo y periodista italiano, Antonio Gramsci, en sus famosos, “Cuadernos de la cárcel”, expresa ideas formidables, como observaciones críticas sobre fenómenos recurrentes en los análisis políticos, frente a situaciones de confrontación. La tendencia a disminuir al adversario en política, es una constante en la historia de las luchas sociales, se trata de un ejercicio de sobrestimación, propio de la pérdida de objetividad en el enfoque teórico.

Gramsci, anotaba que, “si el adversario te domina y tú lo disminuyes, reconoces estar dominado por alguien a quien consideras inferior: ¿cómo ha conseguido entonces dominarte? ¿Cómo te ha vencido y ha sido superior a ti, precisamente en ese momento decisivo que debía dar la medida de tu superioridad y de su inferioridad?”.

El asunto substancial de esta anotación radica en el aspecto medular de la dominación. Si el adversario te domina, la reacción inapropiada es disminuir al adversario. Se trata de la tendencia inmediata del dominado. Se trata de visualizar el concepto de lo inferior. Si al abordar esa idea, lo que se considera inferior por la diferenciación ideológica, ha resultado vencedor, no puede ser negado en cuanto a la superioridad de los resultados, denostando al vencedor. Los juicios de valor están suspendidos frente al hecho objetivo de los corolarios que devienen en el saldo de la superioridad manifiesta. Lo que Gramsci pretende resaltar es la tendencia a disminuir al adversario que te ha vencido en la contienda. Si te ha vencido, cómo explicarías su superioridad, porque te ha vencido, en el momento que debías dar la medida de su inferioridad. La negación es un estado de pérdida de lucidez, común a múltiples factores condicionantes. Cuando perdemos en una confrontación de cualquier tipo, militar, política o social, no está en juego la justeza del criterio ético, sino la hegemonía del derrotado, y la pretensión de disminuir al vencedor, negando la compostura de tu inferioridad, en cuanto al marco de los resultados, que sirven de moldura probatoria de su superioridad coyuntural. Por ejemplo, la caída del “socialismo real” implicó una superioridad histórica coyuntural de sus adversarios, que debió ser analizada sin disminuir al competidor que ha logrado dominarte. Solo admitiendo esa premisa, el análisis objetivo crítico permitiría reconstruir los bienes ideológicos del desplazado, la necesidad de la reconstrucción.

¿Por qué es importante esta reflexión de Gramsci? Lo es porque obliga a la autocrítica, a la admisión de que si el adversario ideológico te domina, es porque él y no tú ha sido superior, y no debes disminuirlo en cuanto a su predominio coyuntural, aunque lo hagas en función ideológica de tabla de valores taxativos de la doctrina. El método implica el reconocimiento de la coyuntura, que es siempre circunstancial y la necesidad del ajuste científico a las variables, que disminuyen las certezas y los vaticinios del dogma, ese ejercicio patibulario de los paraísos perdidos. Esta reflexión de Gramsci es de tanta agudeza que al reseñarla, evoco los “Cuadernos de la cárcel” en ostracismo de su recuerdo teórico.

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