CONTROVERSIA
Preocupante división de EEUU
La crisis postelectoral en Estados Unidos se ha agudizado en los últimos días. El presidente Trump alega fraude electoral en Estados clave, con una diferencia de votos de menos 1%, negándose a conceder victoria a su oponente Joe Biden.
Contrario a los que entendían que Trump llegó por accidente a la presidencia, en las elecciones del pasado 3 noviembre sacó 10 millones de votos más que en 2016 y ganó la mayoría del voto hispano y afroamericano en determinados estados, siendo la mayoría de ellos ejercidos de manera presencial.
La crisis postelectoral ha demostrado quiénes son los verdaderos adversarios del presidente Trump, más allá de Biden y los demócratas.
Los grandes intereses que manejan los medios de comunicación han sido y son los principales adversarios de Trump, sin ninguna duda.
Hasta ahora, Trump lo que ha hecho es recurrir a vías legales para reclamar lo que entiende su derecho de alegar irregularidades o fraude.
Es un derecho universal de cualquier candidato en cualquier parte del mundo. Ese derecho, cuando existe un cuasi empate técnico, no se puede satanizar.
Estados Unidos tiene una justicia fuerte. Le tocará a ella juzgar los méritos o no de los alegatos de Trump. La prensa no puede sustituir la justicia, para juzgar a priori evidencias.
Editorialmente puede emitir opinión del medio contra cualquier político o Presidente, pero no debe manipular la información, adjetivarla y cargar de pasión sus titulares. Eso, lamentablemente, está pasando con la prensa de Estados Unidos.
Están perdiendo de vista que hay 72 millones de norteamericanos que votaron por Trump, que ven o leen sus grandes medios.
Creo que la democracia de Estados Unidos pasa por una de sus pruebas más difíciles. Algo sin precedentes.
Su sistema electoral está seriamente cuestionado en ocasión de que, por primera vez en su historia, forzado por crisis del Covid-19, el voto por correo se usó de manera masiva.
A mi juicio, la división política del pueblo norteamericano se agravará si los 72 millones de personas que votaron por Trump creen que les robaron las elecciones.
La única forma que tienen para evitar eso es auditar los votos por correo en los Estados clave donde hubo una diferencia mínima de sufragios.
Sólo la verdad y la transparencia electoral podrán unir las dos mitades en que está dividido políticamente el pueblo norteamericano.
Creo que si no hicieron fraude, a quien más le conviene que se despejen las dudas y sombras es a Biden. Obtendría legitimidad de aquella parte de la población que no votó por él.
Si eso no ocurre sería terrible porque la división y radicalización se agudizará en los próximos años, en medio de esta pandemia.
Dios proteja al pueblo norteamericano y su democracia. Al parecer su sistema de justicia tendrá la última palabra.