OTEANDO
Seguridad sanitaria y la economía
Nuestro entrañable amigo Daniel García Archivald, Director de Prensa de la Presidencia de la República, nos hizo llegar un resumen de los aspectos hacia los que ha orientado el gobierno sus esfuerzos en sus primeros cien días, cuestión que ha gravitado sobre seis ejes fundamentales: a) Afiliación de dos millones de dominicanos al Seguro Nacional se Salud; b) Proyecto Eva, orientado a la prevención y detección temprana del cáncer cervical; c)Abastecimiento del Sistema Público Nacional de Salud y Farmacias del Pueblo (PROMESE), dentro de los que destacan la inversión de RD300,000,000.00 (trescientos millones de pesos) en kits para hemodiálisis y RD$1,500,000,000.00 (mil quinientos millones de pesos) para compras de emergencias de equipos de protección, medicamentos e insumos médicos sanitarios para combatir el Covid-19; d( Fortalecimiento de la detección oportuna de casos de Covid-19; e( Fortalecimiento de la atención oportuna del Covid-19 en el Sistema Nacional de Salud Pública, con iniciativas que van desde contratación de personal médico hasta el desarrollo de capacidades necesarias para enfrentar la pandemia, pasando por una miríada de aspectos relevantes para una adecuada atención de los afectados y f) Expansión del Sistema Nacional de 911.
Subsidiariamente son incluidas en la relación que recibimos otros aspectos que han sido atendidos concomitantemente en esos cien días en las áreas de economía, justicia, turismo, educación y programas sociales.
La crisis sanitaria en medio de la cual el gobierno ha recibido el país, de repercusión planetaria, con un decrecimiento promedio de la economía mundial de aproximadamente un 9%, -factor que no es muy halagador en lo que hace a planes de crecimiento económico y que, apenas si, permite aspirar a mantenernos donde estamos, al menos este año y el que viene- el gobierno no pudo haber hecho algo más atinado que concentrar sus esfuerzos en la salud pública y en la educación. Creo que en ambos casos el gobierno pasó el examen de los cien días. Ahora bien, el crecimiento, el desarrollo humano y la democracia que los facilita no se construyen en compartimientos estancos del quehacer político. Pienso -y me atrevería a recomendárselo al gobierno- que tiene que emplearse a fondo en la estructuración de una plataforma para el desempeño de un proceso político participativo que evite tensionamientos que lo distraigan de lo esencial para atender lo contingente.