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EL INFORME

Biden ganó. ¿Será bueno para América Latina?

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Andres OppenheimerSanto Domingo

Es difícil pro­nosticar si el pre­sidente electo Joe Biden será bueno para América Latina, pero conoce la región mu­cho mejor que el presidente Donald Trump cuando asu­mió el cargo y promete se­guir una agenda mucho más constructiva con la región.

Biden hizo 13 viajes a América Latina como vice­presidente del gobierno de Barack Obama entre 2009 y 2016. De hecho, Biden era el máximo encargado de las relaciones con América Lati­na del gobierno de Obama, mientras que el ex secretario de Estado John Kerry lidiaba con asuntos de Medio Orien­te y Asia.

En 2013, Biden realizó un viaje de seis días a Colombia, Brasil y Trinidad-Tobago, po­co después de pronunciar un discurso en el Departamento de Estado sobre el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.

Biden también presidió una comisión del gobierno de Estados Unidos y Méxi­co sobre cuestiones comer­ciales y fronterizas, y enca­bezó un grupo de trabajo de ayuda en Centroamérica. En ese momento, Trump estaba vendiendo apartamentos en Nueva York.

Por supuesto, nada de eso garantiza que Biden sea bue­no para América Latina.

Pero personas cercanas a Biden me dicen que, como presidente, Biden tendrá una agenda positiva para la re­gión, centrándose en la co­operación en temas como la lucha contra la pandemia de COVID-19 y el cambio climá­tico, mientras que Trump ha tenido una agenda negativa centrada en la inmigración ilegal y el tráfico de drogas.

Los asesores más cerca­nos de Biden en temas la­tinoamericanos son sus ex ayudantes Juan González y Daniel P. Erikson, y la ex fun­cionaria del Departamento de Estado y ex embajadora en Uruguay, Julissa Reynoso.

El ex secretario de Esta­do Kerry, quien actuó como vocero de la campaña de Bi­den de 2020, me dijo en una entrevista el 4 de septiembre que Biden como vicepresi­dente participó en muchas conversaciones con México y Canadá para crear un “blo­que comercial Norte Ameri­cano”. Kerry agregó que, co­mo presidente, Biden puede querer “volver a esa discu­sión” más allá de los acuer­dos comerciales existentes.

Sobre las relaciones con Cuba, Kerry me dijo que “Bi­den como presidente clara­mente querrá revitalizar” las presiones de Estados Unidos en temas de derechos huma­nos y libertades económicas.

Es probable que Biden no quiera dar la imagen de acer­carse a Cuba y Venezuela luego de perder el estado de Florida en las elecciones del 3 de noviembre, en parte de­bido al voto de los cubano­americanos y venezolanos-estadounidenses por Trump. Si los demócratas quieren ganar la Florida en las elec­ciones de 2024, serían muy tontos si no intentan recupe­rar parte de ese bloque clave de votos hispanos.

En el frente económico, la promesa de Biden de apro­bar una reforma migratoria integral que legalizaría a 11 millones de residentes indo­cumentados se traduciría en mejores empleos para ellos y más remesas familiares a México y Centroamérica.

Asimismo, el paquete de estímulo económico de $3 bi­llones prometido por Biden impulsaría el crecimiento eco­nómico de Estados Unidos.

El director del Hemisferio Occidental del Fondo Mone­tario Internacional, Alejan­dro Werner, me dijo que un gran paquete de estímulo es­tadounidense “sería bueno para los países latinoameri­canos que exportan bienes a Estados Unidos, porque una economía estadounidense en crecimiento significa más importaciones de América Latina”.

Werner agregó: “Ayudaría a los exportadores de partes automotrices de México y a los exportadores de materias primas de América del Sur, ya que un mayor crecimien­to en Estados Unidos contri­buiría a aumentar los precios de las materias primas”.

Algunos funcionarios lati­noamericanos temen que un gobierno de Biden los pre­sione demasiado en temas de derechos laborales y am­bientales.

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