ORLANDO DICE ...
Situación compleja
La política decidirá en su momento si carretea los procesos judiciales que se apresuran y que la calle espera dejen a muchos exfuncionarios sin cabeza.
Aunque se imponen distinciones. Acopiar pruebas, someter expediente, hacer investigación y llevar a juicio, además de diligencias diferentes, diversas instancias.
Las iniciativas oficiales se suponen muchas, pero igual están las privadas, y juntándose donde deberán juntarse, podrían ser excesivas.
Como se ven las cosas, existe un orden de prioridad que no está muy claro: si se indaga los de antes o los de ahora, o si se atiende primero lo propio o lo ajeno.
El derecho es de todos, pero los profanos temen que se desborden los cauces con recursos que lucen improvisados o que responden a intereses particulares.
Incluso a venganza personal.
Gente que se la tiene tomada, o que se la deben y van a cobrarse, pero cuya presentación deja mucho que desear.
El riesgo se ve a leguas, pues la caída de expedientes mal instrumentados, afectará la situación general, aun cuando cada caso sea individual.
El debido proceso es un muro difícil de saltar, y en vez de favorecer el proceso, lo abruma. Lo de Odebrecht hila y canta, y no se sabe cuándo ni cómo.
Mucho más que los mismos demandantes lo complican. No pueden con los encartados y se ocupan de los archivados.
Se supone que la política archivó, y se cree que la política desarchiva, y el derecho y la ley no tienen una solución única al problema.
Solo la política puede resolver las cuestiones que se suscitan al margen, como también las de esencia, pues distintos sus usos y propósitos.
Cuando se elimine la ficción de la justicia independiente y se entienda que es más importante la justicia que la independencia, cada cosa será puesta en su lugar.
Con el monstruo pequeño se juega, pero al grande se teme, y los inconvenientes de la pandemia no impidieron las elecciones, pero esos mismos inconvenientes en un escenario de persecución o de justicia, podrían ser traumáticos.
El tiempo no apremia, pero a la calle se le agota la paciencia.