SONDEO
Fondos a partidos y el “barrilito” (¿)
Para muchos, los dineros que - por ley - el gobierno debe incluir en el presupuesto nacional a favor de los partidos políticos, viene siendo como una especie del “barrilito” parte dos, debido al despilfarro o manejo muy discrecional que generalmente políticos y organizaciones les dan a esos fondos públicos. Aunque sea práctica conocida o lo más parecido a un secreto a voces, la evidencia más reciente la puso sobre el tapete la propia Cámara de Cuentas, cuyo presidente reveló que del PLD recién salido del poder no se tenían los números al día porque hubo una negativa a que se le auditaran los fondos recibidos. Cual fuera la razón para la negativa, lo cierto es que el solo hecho de no importarle la transparencia ni facilitar el trabajo del órgano oficial de control, abre las puertas a todo tipo de sospechas. A propósito del anuncio del presidente Luis Abinader de recomendar al Congreso un recorte del 50 por ciento a la asignación a los partidos políticos en el presupuesto del próximo año, que no es electoral, todo apunta a que solo las organizaciones que reciben esos fondos no verían con buenos ojos la propuesta del jefe del Ejecutivo, porque – aun cuando es verdad que con pequeños recortes locales no se va a resolver una crisis económica y sanitaria que es global, como señalara el expresidente Leonel Fernández - amplios sectores de la sociedad están de acuerdo con la idea, por significar un ahorro que serviría para algo más productivo que caer en el saco roto de los partidos. Aquí debe reflexionar y jugar su rol oportuno el liderazgo político sensato, dado el momento de carencias y de crisis que vive el país, y que debe afrontar el gobierno, en función del interés general. La cuestión es que salgamos a flote y partir de que el éxito no sería solo del gobierno, sino de todos los que vivimos en esta media isla. Y extraña que el PLD, que sale “buchú” del poder, se opusiera a la idea del recorte de fondos vía la JCE. Hasta el caso de Leonel y su Fuerza del Pueblo en crecimiento, porque aún esté “frenando en el aro” – a diferencia de los morados- la posición al respecto ha coincidido con la del enemigo, y eso solo amerita de una revisión (¿). Solo por no coincidir con ingratos y descalificados, creo que un sacrificio más vale la pena, y que se busque otra fuente de oxígeno para un partido que es la segunda mayoría en el Senado y que ya en un segundo esfuerzo buscaría alcanzar el poder. El momento es de reflexión y de sacrificios, no de entrar a medir un pulso con el presidente de turno, comenzando por los legisladores del propio partido oficial, del que debe partir el ejemplo y la coherencia política.