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EL CORRER DE LOS DIAS

Las cuentas de la identidad

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MARCIO VELOZ MAGGIOLOSanto Domingo

Hablamos de la identidad. ¿Pero cuan­tas son las característi­cas, por ejemplo, de lo que llamamos “identidad”? Lo cierto es que para definir su rostro publico hay que ver­la desde enfoques , parcia­les, sociológicos, históricos, culturales integrados, for­mativos. Es fácil y produc­to de una ordenación de elementos como “la cultura del coco de agua” o bien “ la cultura del chicharrón de Villa Mella,” trozos de un ti­po fragmentario lo que son rasgos cuando pertenecen a una globalidad´´

Estas visiones forman parte de un “ego” popular personalista de lo que sien­do un modelo distintivo barrial, rural citadino, re­gional, es una una parciali­dad étnica donde la fusión o concordancia seria la in­tegración Dando a la mis­ma la globalidad de una visión integral, antropológi­ca de identidad definitoria. En tal sentido la identidad es también una aspiración de vernos identificados con expresiones que al englo­barse, contribuye con visio­nes temáticas en principio aisladas cuya imagen aun sin presentarse una imagen que se supone fragmenta­ria. Las identidades, al fin y al cabo , tienen su base más sólida en la asimilación y vivencia de una historia co­mún englobada desde mu­chos puntos de vista donde las primeras palancas son una historia asimilada como unidad, narrativa en ocasio­nes y el activo concepto de cultura, que intenta, al le­gitimar la razón de su per­manencia y que para ello necesita, unificar rasgos ne­cesariamente importantes, para enfocar en ellos cuanto haya de similitud.

Por ello en la Identidad de aspectos continuos de la cul­tura, la mentalidad se perci­be en el cambio o desarrollo de la vida cotidiana dentro de una política definición del poder, estimada como básica desde la ordenación de las sociedades mas tem­pranas que se aíslan para entenderse antes de lo que se funda la necesaria visión que se reconoce como parte de los demás, las coinciden­cias de conducta humana que forman , las creencias de todo tipo, los cambios modificadores y creadores de nuevas formas de identi­dad que en pueblos ágrafos son los materiales arqueo­lógicos, las proto escritu­ras y en pueblos con escri­tura e ideogramas, y todo lo relativo a una historia que permite, grosso mo­do la asimilación es decir la aceptación de los regla­mentos en vía de socializa­ción, desde la agricultura inicial , el arco y la flecha, modelos que son TECO­LOGICOS ideas de super­vivencia como la transfor­mación de medio favor de la sociedad. En última ins­tancia, un elemento fun­damental que aglutina la identificación o ldentidades , son los aspectos etnológi­cos y productivos modo de vida, modo de la fuerza de trabajo, cuando estos man­tienen vivas sus adaptacio­nes a los ciclos definitorios que constituyen su historia, sus bases étnicas, entre los cuales asoma la etnicidad de los grupos sociales que, según su formación, serán determinantes, idiomas, hablas, costumbres.

En tal sentido este es el bloque en el que se deba­te la forma de la identidad total, donde es resaltante la predominancia del ma­yor indicativo para una teoría básica, no una copia al carbón de otras socieda­des, donde la metodolo­gía siempre será un factor en la concepción de lo que consideramos el mayor punto definitorio para ver lo que somos y hemos sido histórico—culturalmente. Todo nos lleva a la conclu­sión de que una identidad o aquella concepción de esta puede cambiar, ser en­riquecida e incluso ser im­puesta.

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