La barbarie del especialismo

La primera que vez que escu­che hablar de la “barbarie del especialismo” fue en 1967 cuando en la universidad un querido profesor Francisco Diaz Morales refirió el tema, explicando cómo la civilización moderna se ha en­cargado de engendrar o formar el hom­bre mediante un proceso iniciado a partir de la revolución industrial y la revolu­ción política dando lugar al self-made-man, esto es, aquel hombre que se hace o vale por sí mismo.

Así vemos, que el alto grado de tecni­cismo en la historia humana reciente ha generado que impere la especialidad lo­grando descubrir nuevos hechos y ha­ciendo avanzar una ciencia que no llega todavía a conocer lo suficiente de esta y todo lo que implica.

Se trata de un especialismo enquistado de tal manera en la sociedad que resulta­rá difícil seguirle los pasos dando lugar a que las próximas generaciones no pue­dan mantenerse a la altura de este pro­duciendo un desbalance entre el hombre y la ciencia misma, en la que, a decir de algunos, esa técnica contemporánea ha nacido de la copulación entre el capitalis­mo y la ciencia experimental, resultando que el hombre de ciencia actual sea con­siderado como el prototipo del hombre masa.