Inician la oposición Abinader

Las redes están temblando como abatidas por un ciclón extemporáneo. Voces de todos los calibres lanzan denuestos contra el gobierno. Ciudadanos desengañados baten los puños como molinillos agitando el viento político. Cualquiera pensaría que estamos en tiempos de Danilo, pero es la apariencia de una desilusión sin razón porque el gobierno, aunque parezca viejo, tiene poco más de un mes.

La administración de Luis Abinader sufre el asedio de todos lados como si hubiera prometido el paraíso y mentido. Escucho opiniones de facultos que estiman imprudente la anexión al cuerpo social de nuevos y mayores impuestos en vez de inclinarse por una política austera que rebaje los salarios de funcionarios, elimine los privilegios legislativos, castigue los robos de la pasada administración, quite las exoneraciones a los ricos y sea prudente con cancelaciones sin errores.

Junto a todo esto, los propios miembros de las bases del PRM se quejan de que ellos hicieron la victoria y otros se llevan la gloria; que este es un gobierno de blanquitos que piensan en inglés y los mejores cargos se los han dado a los amigos o parientes de los funcionarios. En esencia, que volvemos a tener mismo retrato de Dorian Gray aplicado a la política. También hay declaraciones sobre la privatización del patrimonio nacional como pasó con la CDEEE; negocios con el sector privado que parecen abasto de retribución; atrapan uno en Salud Pública que presuntamente metió mano mientras deportan compañeritos vinculados al narcotráfico.

Esta escaramuza la aprovechan los danilistas para criticar. Gente sin vergüenza ni moral asoma la jeta para colocar su pestilente aliento, hablan como si no fueran culpables de la situación y logran coro con otros que amenazan con volver a la Plaza de la Bandera.

Con “¡se van!” en voz de Johnny, se escucha lo que parece ser el himno de protesta. Se juntan justos y pecadores. Es solo el inicio.