ORLANDO DICE
Bajo observación
El PRM está bajo observación, pero no en el hospital de campaña que Luis Abinader donó a La Vega y del que no se ha vuelto a hablar, sino de analistas políticos.
Moderno es ahora lo que en su momento fue el PRD y más recientemente el PLD: el muchacho malo que los padres consienten y no corrigen.
Cada ventana rota es su culpa.
Lidiar con la situación no es fácil, y más cuando no se tienen a manos las herramientas o no se maneja adecuadamente la comunicación política.
No es difícil advertir que las redes que antes eran armas de destrucción masiva contra el candidato, ahora quieren desdorar la obra del presidente.
Aunque no se puede negar que existen conatos, fuegos pequeños que pudieran apagarse prontamente pero que dejan llegar a llamas.
El liderazgo no titubea, pero teme alterar los humores, y entiende que si ese dejar hacer, dejar pasar fue exitoso y permitió ganar el poder, no tiene sentido cambiarlo.
Sin embargo, se van dando los desafíos. E incluso se crean situaciones de desbordamiento que pudieron encauzarse a tiempo. Una tarea que sin duda debiera asumir el mismo que la provoca.
Por ejemplo.
El presidente nombró en el gobierno a tres compañeros que habían ganado puestos en las cámaras, creando vacantes que deberán ser llenadas.
El Ejecutivo provoca el problema, pero el partido tiene como solventarlo, pues la ley indica una terna que deberá aprobar el pleno.
El mecanismo de sustitución es claro, pero entonces surge el inconveniente de la terna. ¿Quiénes la integrarían ? Los interesados se sobrarían.
Solo que se difiere si los méritos son determinados por el partido o por el renunciante. Si la terna la somete el partido, el puesto corresponde al partido.
Entonces viene la resistencia, pues se quiere favorecer a un familiar o un amigo cercano, como si fuera una propiedad suya y escoge heredero.
La Dirección Ejecutiva se reunió el miércoles, y no pudo resolver el impasse. El Arroyo trajo más agua de la cuenta e impuso su voluntad. “Mejor dejo a Indotel ” se le oyó decir.