Puntos de vista
lunes, 21 de septiembre de 2020
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¿Junta pa cuándo?
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Lo que resta de septiembre, una semana, sería muy apresurado, octubre sería apropiado, pero de seguro que ya en noviembre habrá nueva Junta Central Electoral.Los comisionados todavía no empiezan el escrutinio, pero la cantidad de aspirantes o postulados no será problema. Con cortes sucesivos se reducirá al mínimo manejable.
La mucha paja no impedirá que se tenga discernimiento y que el grano útil haga buena la cosecha. Todo dependerá, ya no del tino de los jornaleros, sino de los dueños del predio.
El fenómeno es interesante. Observando cómo se maltrata a los miembros de la Junta, en particular al presidente, a los que no se reconoce ni agradece, el interés debiera ser escaso.
Como el personaje que encarna Gary Cooper en High Noon: sola ante el peligro. Arbitra entre partidos y candidatos, y haga lo que haga -- bien o mal – siempre se los ganará de enemigos.
Hasta que pasa la contienda. Aparenta un defecto de toda la vida o de la política o de la campaña, pero en verdad es una estrategia. Se procura tenerla a soga corta y sobre todo controlada.
La gente ni sospecha que sean quienes sean los integrantes, o los que colores que vistan, los partidos conocen los pormenores del organismo.
No solo la infiltran, sino que los empleados medios responden a sus orientaciones, y no es verdad que van a ver algo rato y no lo van a reportar.
Nuestro Hombre en la Junta actúa en la sombra, pero con una efectividad que ningún resultado electoral se explicaría sin su intervención.
En el oprobioso proceso del 1978 el oficialismo de entonces puso al descubierto al hombre que en la Junta trabajaba a favor de la oposición.
En los colchones de las elecciones de 1984, el famoso empate entre Balaguer y Peña Gómez, los agentes de lado y lado hicieron un papel tan ingenioso que hubo de cambiarse las reglas para que la democracia siguiera igual.
A trompicones y saltos porque el fraude no duerme y menos se descuida, pues nunca es la Junta, siempre los partidos.