EL CORRER DE LOS DÍAS
Lulú, el amor de mi vida (¿novela?)
Fabio Fermín, seudónimo de un viejo compañero que por años ha sido una de las mentes antologables en el trabajo de la meteorología nacional, me hace entrega de un texto que ha calificado como novela. “Lulú, el amor de mi vida”. Es no tanto como una novela, una historia de como el amor perdura y como la decisión de otros puede influir hasta fijar en el recuerdo lo que quiso ser una bella realidad.
Un texto que trae consigo los niveles obsesivos de un encuentro que, para Fabio marcaria, como impronta invariable, la necesidad de lo que significa “un amor de por vida”.
Enmarcados en los comienzos de los años cincuenta del siglo pasado los amores de Fabio y Lulú dejaron en el primero con su una ruptura, una herida producto de un hecho juvenil que tras la decisión familiar de los progenitores de Lulú determinaría en ella la obligación de aceptar la drástica separación que, sin embargo Fabio no pudo asimilar y que marcó su vida con una de esas fases del arrepentimiento que se expresan en la fijación de un retorno al amor inicial, a un idealismo dulce, a una vuelta, un inicio reparador de los errores juveniles que han cercenado en ella la ruta de su vida, y creado en él la necesidad reparadora de un recomienzo salvador.
Confrontado con la fuerza de la familia cuando aduce como ofensa las que considera traición, infidelidad o desprecio por sus miembros, la historia de los amores de Lulú desemboca en una separación definitiva que evoca las novelas románticas del siglo XIX con finales imprevistos y arreglos imposibles.
Todavía con el paso de los años y la división definitiva que produce el distanciamiento, obligan a que cada quien escoja un destino que antes era inédito e impensable para estos enamorados de cariz romántico. Hoy Fabio, casi a los 85 años de edad, no niega que imagina como habría sido su vida con Lulú, ya hoy abuela como él, y no puede desprender de su imaginacion cómo el hecho de haber sido víctima de una trama amorosa sin aparente importancia cambió el posible futuro de ambos enamorados, al producirse una separación de la que Lulú nunca sabremos si habia considerado reparable y considerada costosa, motivo de este relato, aparentemente simple, pero evidentemente doloroso que Fabio nos hace de como el amor puede perdurar y permanecer para siempre entre dos que se amaron y perdieron por un error juvenil, un futuro, que aunque Fabio considera fundamental para su vida, nadie hubiera podido vislumbrar.
Con un acertado comentario, y prólogo del destacado periodista Luis Fernández, se completa el ámbito en el que se enmarcaron los amores de Fabio y Lulú, en una ciudad Trujillo que envuelve cierto espacio de ruralidad, descrito con agilidad, conformando el marco de la memoria certera de Fabio Fermín