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EN LA DIANA

Acompañamiento monetario

Primer Tiro La fuerte desace­leración de la de­manda de crédi­to, la insuficiente recuperación de los empleos perdidos, así co­mo la aceleración de la deva­luación y de la disminución de las reservas internaciona­les, son las evidencias que de­muestran que la política mo­netaria por sí sola no puede luchar contra los efectos re­cesivos de la pandemia. El estímulo del crédito no pue­de ser suficiente para recu­perar el nivel de demanda interna requerido por la re­cuperación postpandémica, y el fuerte crecimiento del dé­ficit externo no puede ser fi­nanciado completamente con las reservas internacio­nales. El impulso que la flexi­bilización monetaria le apli­có a la demanda de nuevos créditos se perdió en el pasa­do mes de julio, la cual no to­maba en cuenta los empleos vulnerables de las empresas que todavía no han logrado recuperar sus niveles de ven­tas anteriores a la pandemia, situación que ha sido corregi­da por las medidas anuncia­das el pasado 23 de agosto, con las cuales se permite que los recursos de la Línea de Li­quidez Rápida sean utiliza­dos para el refinanciamiento de préstamos. Pero también es necesario parar la devalua­ción y las pérdidas de reser­vas internacionales.

Segundo Tiro Junio, julio y agosto han si­do los meses de mayor acele­ración de la devaluación (ta­sa anualizada por encima del 14%). Aunque la inflación se aceleró a 1.88% en el mes de julio, la misma permanece dentro del rango meta esta­blecido en el Programa Mone­tario para el presente año. El análisis de los meses transcu­rrido en lo que va de año indi­ca que los aumentos de la tasa de cambio no se están traspa­sando a la tasa de inflación, y eso es lo que le permite al Ban­co Central afirmar que cuenta “con los grados de libertad pa­ra mantener una postura mo­netaria expansiva orientada a mitigar el impacto económico adverso del COVID-19, sin po­ner en riesgo la estabilidad de precios”. Para recuperar parte de los US$ 3,174.2 millones de las reservas internacionales perdidos entre febrero y julio, en el mes de agosto la institu­ción emisora realizó operacio­nes de venta de títulos que le permitieron aumentar el mon­to de dichas reservas en cerca de US$ 300.0 millones. Pero el efecto del choque externo ne­gativo del Covid es equivalen­te a más de 15 veces el monto anterior, gran parte del cual ya ha sido financiado con las cita­das perdidas de reservas inter­nacionales.

Tercer Tiro En la entrega anterior se ha­bía planteado que “La polí­tica monetaria no puede so­la. A corto plazo necesita ser acompañada de una expan­sión de la demanda interna a través de un mayor gasto público, pero financiado con recursos externos, y focaliza­do en reducir el riesgo pan­démico de los grupos pobla­cionales de mayor pobreza, con inversiones en atención primaria en salud y transfe­rencias monetarias a hogares vulnerables, y con un régi­men de alivio tributario tran­sitorio. Es lo que debería es­perarse, y lo que debe ocurrir a partir del 16 de agosto”. El nuevo Presupuesto Comple­mentario sometido la pasada semana va en esa línea. Pero quedan muchas variables por despejar en el complejo siste­ma de ecuaciones de la situa­ción económica actual, cu­ya solución debe conducir a un aumento significativo de la demanda interna, y a una fuerte entrada de recursos externos, lo que es necesario para recuperar los empleos perdidos y frenar la erosión cambiaria.

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