EL BULEVAR DE LA VIDA
La foto del Presidente
El pasado gobierno retomó temas fundamentales que los anteriores habían postergado, sabrá Buda el porqué. Hablo de recursos para la educación no universitaria, de estancias infantiles o de la cobertura de salud que leyes y consensos mandaban hacía años, por ejemplo.
Uno celebraba como liceísta venciendo a las Águilas en pleno estadio Cibao estas iniciativas, pero a la vez externaba su preocupación por el aumento de la arrabalización del Estado, (que ocurre cuando este comienza a perder capacidad para cumplir y hacer cumplir las leyes), por la brecha digital o la corrupción/impunidad que, de ser tradicionalmente un instrumento de las élites políticas y las élites económicas, con el paso de los años y los gobiernos había inoculado ya a todo el organismo social de nuestro país. En el tema de la corrupción, los gobiernos de nuestra democracia (a partir de 1978), no han hecho sino superarse a sí mismo hasta llegar a la pérdida del “prigilio” y el disimulo.
Así andaba el país, cuando por todo lo anterior y por otros temas vinculados a la geopolítica mundial, el PLD fue sacado del poder dando paso a la actual administración del PRM.
La nueva escoba ha comenzada a barrer y como nueva barre bien, Dios le guarde.
Entre muchas felices iniciativas que uno viene observando, es de justicia reconocer e incentivar, apoyar y presionar para que se mantengan y profundicen tres: las que remiten al fortalecimiento institucional para y por la aplicación de un régimen de consecuencias; a lucha decidida por la eliminación de la brecha digital cuya existencia deja en la barbarie a más de una cuarta parte de la población; y a la lucha contra el caudillismo/ conservadurismo patológico de los dominicanos.
Precisamente, la primera expresión de ese combate ha sido la decisión del presidente Abinader de “solicitar” a los funcionarios de su gobierno no colocar su foto en sus despachos.
En cuestiones de amor, cuando una mujer te regala su foto, es porque es tuyo el corazón del original, pero no así en política: Negar su foto a los funcionarios es el mejor regalo que el presidente Abinader puede hacer a un país que necesita que sus votantes no sean votantes aunque voten, sino ciudadanos responsables consientes de sus derechos pero también de sus deberes. La calidad de la democracia de un país no puede superar la de los ciudadanos que la habitan.