PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA
Si hay pleito, examine razones y puños
Primero las razones. Carlos I de Inglaterra había gobernado sin parlamento desde 1629, pero ahora en 1640 necesitaba de urgencia que le aprobaran subsidios para su guerra contra los rebeldes escoceses. La Cámara de los Comunes era el foco de la resistencia contra Carlos. Primero, en 1641, abolieron los tribunales especiales creados por Carlos I para montar una justicia según su conveniencia. Luego los Comunes presentaron su Gran Queja: un informe contra los principales abusos de Carlos, quien intentó suprimir la Cámara por la fuerza y fracasó. Entonces, el parlamento inglés enjuició y ejecutó a dos connotados partidarios de Carlos I: el Arzobispo Laud y a Lord Strafford. Carlos respondió militarizando el parlamento. En 1642, iniciaba la guerra civil.
De un lado, estaban, los realistas, partidarios del rey Carlos I, llamados “cavaliers”, los caballeros, porque muchos de esos nobles terratenientes poseían los costosos y enormes caballos de guerra. Simpatizaban con el viejo orden feudal y eran anglicanos. El otro bando: los parlamentarios, llamados “rounheads”, los cabezas rapadas, pues se afeitaban el cráneo. Ya para 1648 Carlos estaba vencido, y temiendo más a los que mataron a Laud y Strafford, se rindió a sus enemigos escoses, pero estos lo vendieron a los ingleses, sacándole provecho.
El conflicto ocurrió entre los sectores conservadores anglicanos, partidarios del monarca, contra una burguesía calvinista que apoyaba al parlamento. Los puritanos valoraban “al individuo cristiano aislado y su relación personal con Dios”, atacaban a los líderes de la Iglesia nacional anglicana y al monarca, ¡que era su cabeza! Los puritanos sostenían que la jerarquía eclesiástica carecía de autoridad para organizar o impedir la formación de congregaciones cristianas. El puritanismo exhortaba al estudio pragmático, sistemático y racional de la naturaleza, para mayor gloria de Dios y de su Creación, así como para dominar un mundo que consideraban moralmente corrompido. Según Salvador Giner, a mediados del siglo XVII el 64% de la Royal Society era puritano. Muchos pobres desalojados simpatizaban con los puritanos. Las medidas para cercar las tierras comuneras habían favorecido la cría del ganado de los terratenientes nobles.
Carlos I había querido acabar con el parlamento y los puritanos, ahora en 1649 era su prisionero y aguardaba la sentencia. ¿Cómo lo derrotaron a él y sus caballeros? Vengamos a los puños.
El autor es Profesor Asociado dela PUCMM mmaza@pucmm.edu.com