PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA
El 22 de Jacobo I, Carlos I: impuestos y conflictos
Enseñé historia introduciendo y recapitulando: si me ha leído antes, este ha sido, el primer round de una pelea sobre el origen del poder del monarca, su control sobre la ley, los impuestos, la nobleza, los burgueses y la religión.
La Inglaterra de Jacobo I (1603 – 1625) tenía motivos para estar optimista. Desde 1571 contaba con una Bolsa de valores para regular las auspiciosas finanzas.
En 1588 había derrotado la Armada Invencible española. Desde 1603 un solo rey regía Escocia e Inglaterra.
Pero Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia entró en conflicto rápidamente con el parlamento inglés. Acostumbrado a la sumisión servil del parlamento escocés chocó con el parlamento inglés negado a abolir las aduanas entre Inglaterra y Escocia.
Se le criticaron sus derroches, los regalos a sus favoritos. Cuando el parlamento de 1604 rechazó sus medidas económicas, le enrostró en su discurso de clausura: “No daré las gracias donde no creo que deba darlas. No soy tan estúpido como para alabar a necios.”
Identificando sus desastrosas finanzas personales con las del reino, se endeudó. Jacobo I se atrevió a crear impuestos aduanales sin contar con el parlamento, adjudicó a sus amigos monopolios sobre productos de primera necesidad. Concedió privilegios a sus compañías favoritas.
Abrumó con impuestos a la nobleza inferior y a los burgueses que eran los elementos más avanzados del parlamento.
En una búsqueda desesperada de capital, inventó y vendió nuevos títulos de nobleza. Isabel I, en 45 años de reinado, había creado 8 cargos nobiliarios, Jacobo ¡creó 62 en 22 años!
Ya se peleaban las primeras escaramuzas de lo que sería una guerra abierta durante el reino de su hijo Carlos I (1625 – 1649): por primera vez en varios siglos, la cámara de los Lores condenó a un canciller de la talla de Francis Bacon por sus manejos en la venta de títulos. Jacobo I gobernaría sin parlamento entre 1611-1621.
Se enfrentaban: de un lado, la corona anglicana y sus nobles terratenientes aliados y del otro, también nobles y burgueses.
Querían purificar la pomposa religión anglicana de sus rasgos papistas, garantizar algunos derechos fundamentales, suprimir monopolios y privilegios, decidir los gastos y los impuestos.
Mil picas en ristre no se alzan sin mil brazos y una historia.
El autor es Profesor Asociado de la PUCMM