VIVENCIAS
¿Sueños lúcidos o estrambóticos?
Escribió André Berthet en Máximas nuevas sobre viejos temas (núm. 9), que la ironía es un acto de valor en los débiles y una cobardía en los poderosos. Sin embargo, creo que la ironía es un recurso que bien empleado sirve para descargar frustraciones e impotencias, como la que se siente cuando no se puede hacer nada para remediar las decisiones tomadas por los encargados de construir una gobernabilidad ajena a las practicas perniciosas que aquejan a este país.
En la Ilíada Homero (Madrid: Editorial Edaf, p. 30) nos cuenta que también los sueños son obra de Zeus o sea de Dios; de modo que, mientras soñamos parte de nuestra existencia se ve reflejada en los sueños, que si bien ata los sentidos libera a la razón de aquellas cosas que aun despiertos nos resistimos a ver.
Por otra parte, Calderón de la Barca (España: Textos.info 2018, p.73) se pregunta “¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”. Sin embargo, aun siendo los sueños, ficticios, con personajes irreales y situaciones imposibles, vemos personas y hechos tan reales como la vida misma, hasta el punto de que no sabemos si era un sueño o una realidad.
No se trata de hacer un problema obsesivo de los sueños, ni buscar interpretaciones objetivas o extrañas asociadas a la realidad, como tampoco convencernos de la verdad que puedan encerrar, sino de ver en una segunda entrega bajo el título el significado de los sueños, si en los sueños lucidos estamos conscientes de estar soñando y en los sueños estrambóticos si estos pueden o no reflejar situaciones reales.