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EN LA DIANA

Expectativas y reactivación económica

Primer Tiro En el mes junio la cantidad de tra­bajadores re­portados como cotizantes an­te la Tesorería de la Seguri­dad Social (TSS) aumentó en 194,595 personas, equivalen­te a un crecimiento de 11.33% con respecto al anterior mes de mayo. Como consecuencia de la continuidad de la recupera­ción de las ventas gravadas ini­ciadas en el mes de mayo, las recaudaciones del ITBIS del pasado mes de junio aumen­taron un 26.4% con respec­to al mes anterior. En el citado mes de junio del año en curso, el crédito de las instituciones fi­nancieras al sector privado en moneda nacional aumentó en 2.16% con respecto al anterior mes de mayo. Los tres indica­dores anteriores estarían sugi­riendo que durante el pasado mes junio, la economía esta­ba presentando signos claros de recuperación, y una correc­ta interpretación del panora­ma macroeconómico permite pronosticar que al final del cur­sante mes de julio, el Indice de Actividad Económica Mensual presentaría una mejoría con relación al mes anterior.

Segundo Tiro Con relación al pasado mes de febrero (mes previo al ini­cio de la cuarentena), el pasa­do día 23 del cursante mes las reservas internacionales netas del Banco Central habían caí­do en US$ 3,176.3 millones. Durante el citado periodo, el excedente de liquidez que las instituciones financieras, me­dido a través del saldo de los depósitos remunerados de corto plazo, aumentó en RD$ 48,460.6 millones. Durante el citado periodo, las institucio­nes financieras aumentaron sus activos netos en el exterior (recursos que tienen fuera del país menos lo que deben a sus acreedores externos) en US$ 2,021.5 millones. Durante el mismo citado periodo, los de­pósitos en dólares en el sistema bancario (propiedad de resi­dentes o de dominicanos) au­mentaron en US$ 985.1 millo­nes. Al cierre del pasado mes junio la devaluación anuali­zada era de 14.2%, mientras que al pasado día 23 del mes en curso, dicha devaluación, también medida en términos anuales, había aumentado a 14.7%. Los cambios reporta­dos en las cinco variables an­teriores estarían sugiriendo un aumento en las expectativas devaluatorias y un deterioro en la percepción de riesgo del panorama macroeconómico.

Tercer Tiro El establecimiento del ba­lance entre los indicadores de reactivación económica y el deterioro de las expectati­vas cambiarias y macroeco­nómicas debería tomar en cuenta que aunque los indi­cadores de reactivación son totalmente coherentes y con­sistentes entre sí, los indica­dores de riesgo y expectati­vas solo lo son parcialmente, pues la alta devaluación anual puede tener una corre­lación positiva con el aumen­to de los depósitos en dólares y el aumento de los activos netos de las instituciones fi­nancieras en el exterior. Pero si se toma en cuenta que las pérdidas de reservas interna­cionales podrían ser equiva­lente a más de la mitad de la reducción esperada en los in­gresos externos que produci­ría el choque pandémico, en­tonces se podría plantear que la alta devaluación no es con­sistente con este resultado. Pero el nexo para reconciliar y encontrar la consistencia entre los indicadores mutua­mente excluyentes de reacti­vación y de aumento del ries­go macroeconómico, es la política monetaria expansiva del Banco Central. Es necesa­rio esperar los datos del cur­sante mes para poder plan­tear la hipótesis de que dicha política reactiva la economía, pero al costo de deteriorar las expectativas y aumentar la percepción de riesgos ma­croeconómicos, pues no hay nada gratis después del Peca­do Original.

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