El panorama que asoma
La transición se toma todo el escenario y mucho más ahora con efectos especiales, dando lugar a una situación que se impone por propia gravedad: los límites del gobierno saliente, los controles del entrante.
La política sin embargo volverá por sus fueros, pues no solo es la sal de la vida del dominicano, sino porque tiene que explicarse, justificarse y prepararse. Las nuevas jornadas no se dejarán esperar.
El PLD reitera la celebración de su congreso y la Fuerza del Pueblo había anunciado el suyo, por lo que el fin de año pinta político.
El éxito o el fracaso de sus convocatorias podría ser un elemento a tomar en cuenta, a considerar, en la formulación y liderato de la oposición que deberá hacerse al debutante régimen del PRM.
Las pasadas elecciones fueron procesos interesantes, y no solo por irregulares, sino porque modificaron el panorama político.
Los demás partidos no hablan de congreso, pero debieran, pues conviene saber porqué se perdió, pero también porqué se ganó.
Un congreso nunca sana, pero alivia. Provoca contradicciones en lo inmediato, pero evita contrariedades a largo plazo.
El PRM por ejemplo entrará en una etapa singular que lo obligará a un manejo inteligente. No solo arribará al poder, sino que sus principales dirigentes tendrán su tiempo comprometido
La secretaria general Carolina Mejía dirige como alcaldesa el gobierno local y el presidente José Paliza administrará el gobierno nacional.
Mucho trabajo para simultáneamente ocuparse de la dirección de un partido que ahora más que antes necesita de completa atención.
La presidencia en funciones podría ser una opción, así como la vicesecretaría, aunque conociendo la naturaleza del liderazgo nacional, difícilmente se delegue. Una y otra serían cuadros haitianos en la pared.
El PRD y el PRSC tienen la mala suerte de que los analistas pasan de largo y los guruses los ignoran, aun cuando fueron en una época fuerzas políticas determinantes.
Algo deberán hacer los responsables y no solo ver como el agua se les escapa entre las manos. O un congreso como el PLD y la FP o hablar con el brujo de Los Bajos de Haina.