CARDIOLOGÍA PARA TODOS
Síndrome de corazón roto
Es una afección cardiaca causada por estrés. Se trata de una variedad de infarto de miocardio, que en realidad no es un infarto, sino la irrupción súbita de hormonas ante la presencia de un estrés físico o emocional agudo.
Surge debido a un golpe, trauma o shock emocional que la persona haya sufrido en los últimos días, semanas o meses. Las principalmente afectadas son las mujeres postmenopáusicas, entre 55 y 75 años, protagonistas de alrededor del 95% de los casos, en ausencia de factores de riesgo cardiovasculares como hipertensión arterial, diabetes, dislipidemia y tabaquismo. La característica más relevante es que las arterias coronarias no presentan obstrucciones importantes, se imputa una vasoconstricción microvascular debido a gran liberación de catecolaminas y de endotelina precipitada por síntomas de estrés físico o emocional negativos como la tristeza, la furia o el temor. Otros desencadenantes suelen ser: noticias sobre la muerte inesperada de un ser querido, diagnóstico médico aterrador (como estar en cuidados intensivos por covid-19), perder mucho dinero, actuar en público, divorcio, desastres naturales, entre otros. Sin embargo, también se apreció en algunos casos con episodios de extrema felicidad, como sacarse el loto, una fiesta de cumpleaños, una celebración sorpresa o incluso el nacimiento de un nieto, podrían ser la causa de un infarto.
También recibe los nombres de síndrome de takotsubo o miocardiopatía de estrés. Aunque el mecanismo por el cual la infección por sars-covi-2 puede precipitar dicho síndrome no está del todo claro, la infección vírica se ha asociado con un estado de inflamación sistémica que podría actuar como desencadenante.
El síndrome de corazón roto consiste en una miocardiopatía temporal que presenta síntomas parecidos al síndrome coronario agudo, pero que son reversibles y, en general, tienen buen pronóstico.
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria señala que esta disfunción ventricular transitoria resulta prácticamente indistinguible de un síndrome coronario agudo, aunque, una vez realizadas las pruebas diagnósticas pertinentes, estas demuestran que no existen lesiones a nivel de las arterias coronarias que justifiquen la afección del miocardio.
Esta patología hay que tenerla muy en cuenta en esta pandemia de covid-19, por el gran estrés desencadenado por la incertidumbre que encierra esta enfermedad.