El equipo económico anunciado, ¿Bien por Abinader?

A quienes si­guieron el dis­curso del pre­sidente electo Luis Abina­der, desde la campaña elec­toral, no sorprende que anunciara un equipo eco­nómico variopinto para su gobierno entrante.

Lo integran profesiona­les bien calificados, proce­dentes de la sociedad civil y centros de estudios su­periores, nacionales y fo­ráneos; vinculados a orga­nismos internacionales, lo que, además de valor agre­gado, es garantía de actua­lidad, certidumbre y capa­cidad predictiva.

Al incluir tales perfiles, el presidente electo envía, a los agentes económicos, un mensaje garantista de la apuesta oficial por un desa­rrollo con estabilidad y en­foque social.

Progreso real con nor­mas definidas para im­pulsar el bienestar porque focaliza el derrame comu­nitario. Tal fue, sintética­mente, la propuesta del Programa de Gobierno PR­Mista.

Tal visión la regirá un Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo conducido por Miguel Cea­ra Hatton. Alrededor de él existe una apuesta a la ido­neidad y reciedumbre en los enfoques y praxis eco­nómicos-sociales oficiales; el deber de impulsar el de­sarrollo sobre los rieles de indicadores económicos reales, sin maquillajes, uti­litarismos o procedimien­tos non sanctos.

Abinader crea la opor­tunidad para que Miguel Ceara Hatton, Héctor Val­dez Albizu, Pedro Silverio Álvarez, Jochi Vicente, Jo­sé Rijo Presbot, Biviana Ri­veiro y Alejandro Fernán­dez realicen, alineados, tal meta.

Valdez Albizu, confirma­do Gobernador del Banco Central, no necesita pre­sentación. Sus vínculos con nuestros agentes económi­cos claves están bien funda­dos y su celo por la gestión del BanCentral se yergue sobre sólidos pilares: esta­bilidad macroeconómica, obediencia jerárquica, pru­dencia y eficiencia. Su con­ducta deja lecciones a un nuevo funcionariado reta­do a aprender más y a ar­ticularse en la economía real. Su confirmación en­marca robustamente el cumplimiento de Abinader a la concertación, eviden­ciando el objetivo: sostener el clima financiero y mone­tario atado al crecimiento estable; sorteando riesgos y desbordamientos; nave­gando certeros el océano de las imprevisibles ame­nazas que, por el Covid-19, avanzan por doquier.

Valdez Albizu ha nave­gado mares procelosos sin perder el rumbo: fortale­ciendo la barca y orientán­dola hacia el mejor clima macro económico que las condiciones han permitido.

Combinando acade­mia, astucia, vínculos con los operadores monetarios y financieros y respeto a los actores y roles, mantu­vo el clima de confianza en nuestra economía. Si algu­na vez erró, fue porque sus superiores a errar lo conmi­naron.

Estas pre-designaciones agregan certidumbre a las industrias y mercados. En política monetaria y finan­ciera se cambiará para me­jor, es el mensaje. Gober­nando apegados a las leyes y a la concertación, sobre lo idóneo, en los temas jurídi­camente no contemplados. Gracias a Abinader, Valdez Albizu podrá emerger co­mo Maestro.

Con Pedro Silverio Álva­rez el Ejecutivo adquiere un asesor económico acu­cioso y —por su formación y experiencia docente— analítico, capaz de agregar lecturas enriquecedoras a los informes económicos y resultados; de aportar a los planes, enriqueciéndo­los mediante la pondera­ción informada y compara­da; de acercarlos a la visión presidencial, dadas sus proximidades.

Tales pre-designaciones realizan la concertación proclamada y cada enti­dad habrá de hacerla prác­tica. Muestran que Abina­der aprecia la objetividad eficiente; que suma talentos para relanzar la nación des­de la economía, alejándola del precipicio desacelerador causado por la pandemia y otras circunstancias; que de­sea reducir las fragilidades estructurales, especialmente cuando al ruedo también in­gresan los aprovisionamien­tos contables de la banca neoyorquina...