Abinader

Pendiente de la declaratoria ofi­cial por parte de la Junta Central Electoral (JCE), Luis Rodolfo Abi­nader Corona es el ganador de las elecciones presidenciales del pasado domingo. Su victoria, pronosticada por varias encuestas, reafirmó el dominio que mantuvo durante todo el trayecto, a punto que en la mayoría de los muestreos la interrogan­te no era si ganaba, sino de qué forma lo hacía.

Ya convertido en el primer presidente surgi­do en la era del coronavirus, Abinader, quien tuvo que diseñar una estrategia basada en tác­ticas de “aprieta y floja”, donde en ocasiones los contrarios fueron los aliados, y viceversa, ten­drá ahora grandes retos que enfrentar.

Y es que la nave del Estado surca sobre las tempestuosas aguas de la crisis sanitaria deri­vada del Covid-19 con sus consecuencias eco­nómicas y sociales, que tiñen de incertidumbre el futuro de las naciones.

Luis tiene a su favor la contundencia del triunfo, proyectado en un 54 por ciento, y el respaldo de una población que le compró su discurso por encima de los cuestionamientos y las feroces embestidas del oficialismo. Sin em­bargo, está llamado a manejarse con la inteli­gencia, mesura y honestidad que demandan las circunstancias. Salvo lamentables situacio­nes aisladas, la del pasado 5 de julio fue una fiesta de la democracia donde el pueblo se ex­presó de una forma cívica, ordenada y en la que los actores políticos estuvieron a la altura. Así las cosas, felicidades y apoyo para el presi­dente Abinader, quien también cumplirá años el próximo domingo y obviamente, le dieron su regalo por adelantado.