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CONTANDO LOS HECHOS

Los dos grandes retos…

Terminó la campaña electoral, uffs!. Pero, terminó de verdad? no queda una segunda vuelta el día 26 ?. En esta última semana como resulta ser costumbre, especialmente cuando hay un Partido con muchos años en el poder y una oposición que busca desalojarlo hemos sido testigos de una campaña despiadada en la que se han empleado los cañones más mortíferos y diversos buscando impactar negativamente al contrario, usando en ocasiones estrategias non santas. A través de las redes sociales hemos visto cómo una cantidad de gentes dicen estar cansadas, hastiadas y hasta asqueadas de las cosas que han visto y oído.

Cada proceso electoral tiene sus características particulares que obedecen a las circunstancias que lo rodean y que inciden. Ahora se habla mucho de Cambio y ciertamente han muchas cosas que deben ser cambiadas, no importa quien resulte ser el candidato ganador. Hay temas que no perimen, que se mantienen revoloteando, simplemente porque no acaban de ser resueltos por los gobiernos de turno. Hay ejemplos muy claros: el combate a la corrupción, no a la de los bajos estamentos que ha sido bastante resuelta en los últimos tiempos, sino la corrupción de alto vuelo que tiene que ver con centenas y miles de millones de pesos y que beneficia a los más protegidos del poder. Ojala gane un candidato que use los contenidos de los programas de Nuria y Alicia para llevar a cabo un proceso de saneamiento.

Tenemos el caso: de la defensa de la nacionalidad, que ha entrado en una fase de alto peligro en relación a lo que somos los dominicanos y lo que aspiramos a ser. Ahí está el caso de la educación de nuestros niños y jóvenes que nos los quieren contaminar con influencias de otras culturas muy alejadas de lo que es la nuestra. La lista podría seguir, pero el espacio no da.

El otro gran reto es el manejo del Covid-19 después de haber dejado atrás el toque de queda, el estado de emergencia y las demás restricciones de orden sanitario. La incidencia del proceso electoral hace recaer en cada uno de nosotros, de manera individual, la toma de precauciones que eviten infectarnos y pagar un precio que puede llegar a ser tan alto, como la muerte misma.

De nosotros dependerán los resultados de estos dos retos importantes que tenemos bien encima.

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