Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

ORLANDO DICE...

Y si todavía no

En algún momento se pensó, por­que la perversidad no duerme, que no se llegaría al día de elec­ciones, o que de llegarse, sería ga­teando. El niño de la democracia que nunca crece, o que se quiere chiquito, pa­ra que lo carguen.

Sin embargo, por mucho polvo del Saha­ra o humo de Duquesa o aguaceros inespe­rados, el sol brilla como rey en el horizonte. Y no se diga la bandera: “Qué linda en el to­pe estás…” Los políticos lo intentan cada vez que pueden, pero hasta ahora no han podido echar a tierra el mejor sistema de convivencia. Incluso en su caso ni los tropezones, que han sido muchos, los hace levantar los pies.

Al día de hoy no existen dudas. La gente irá a votar masivamente, y el potencial contagio no es preocupación más que de la propaganda. Los propios interesados promueven el miedo por partes iguales y se denuncian como res­ponsables. Los votantes habituales conocen sus maneras arteras, y los bandos no se disi­mulan ni cambian de pinta, y entre sus hob­bies está escupir hacia arriba. Desde lejos se les ve la saliva en la cara. El final fue emocio­nante, como igual degradante, pero siempre lo ha sido. La expectación cambia de página, aun cuando más ficción que realidad. El nove­lista suizo Joël Dicker no superaría el enigma.

Lo peor sería que haya segunda vuelta, y sin embargo, esa es la apuesta de los últimos días. Las encuestas modificaron el formato, bien. Ahora el juego sería al revés: el antiguo méto­do deshaciendo el entuerto.

Las comidillas de las últimas horas estarían ganando la partida a las leyendas urbanas de días atrás. Aunque por mucho inventar no se patentiza un producto.

Los sondeos de repaso estarían ofreciendo nú­meros que no se sabe de dónde salen o como se compaginan, pues la verdad que queda po­co por hacer. Las visitas electorales del presi­dente Danilo Medina serían un factor a consi­derar, con efecto comprobado, pero el apoyo público de David Collado, elimina el suspenso y completaría la obra.

Aunque la suerte es lo último que se echa.

Tags relacionados