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Ante #ElCambio inminente, a impedir anotación por “toquecitos”
Es burla al país, desfachatez. Faltando tres días para las elecciones presidenciales y congresales, el alto posicionamiento de los candidatos del Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha provocado una descompostura de los desfavorecidos jamás vista en adversarios políticos.
Militarmente, el candidato oficial necesitó urgentes refuerzos. Y el Ejecutivo accedió, saliendo del aislamiento palaciego para cargar a sus candidatos, confirmando la baja aceptación.
A eso agregaron las declaraciones de su pupilo: ofensa agresiva a la sociedad; inaceptables para las familias; que desnuda a quienes pretendieron apreciar el voto religioso.
Junto al discurso amenazante y fanático, para consumo interno del partido oficial, incitando a la cuasi violencia, el gobierno informó que continuará con el tema de la droga. ¿Hasta cuándo lo haría? Al parecer, hasta el día de los comicios.
A tal declaratoria se empalman las de su candidato.
Dijo lo inaceptable: “Somos gente de paz, pero no pendejos, con un toquecito anotamos”.
Para interpretar “la línea” bajada, instamos a recordar el significado de “un toquecito” en el argot popular. No en el beisbolero, pues no a la pelota se juega. Referimos otro, político: que ubica fuentes de votos. A tal día se llevarían “los toquecitos”.
De ser así, la Dirección de Drogas de los Estados Unidos —DEA—, la Dirección de Control de Drogas dominicana, los partidos y observadores tendrían una oportunidad para determinar si el mensaje enviado por ese señor candidato instruye a un ejército a anotar votos distribuyendo “toquecitos” entre adictos de bajos recursos. Un ejército que fue llamado a votar temprano para, por sustracción, inferir los votos necesarios, la inversión requerida...
El plan está montado. Y, peor, bajado como línea.
De ser cierto, tal logística purulenta trataría de revertir la realidad: la candidatura del PRM supera con 36% la oficial, como promedio de los resultados presentados por Mark Penn (+25.53%), Gallup-HOY (+33.89%), y Greenberg-Diario Libre (+48.21%), encuestadoras de mayor prestigio.
Sólo un escenario así explicaría la apelación a tan deplorable logística para “solucionar” lo terminante: hasta Mark Penn coloca a Luis Abinader 25% por encima de su competidor más cercano.
Números difíciles de roer. De aquí que “anotar” votos con “toquecitos” desemboque en los colegios electorales; como logística acompañada de esa agitprop obnubilante que a los incautos vende la idea de que en una semana el oficialismo aumentó entre 12.5% y 18%, hasta “empatar” con Abinader y que con el apresamiento de los familiares de candidatos del (PRM) enviaría a sus protegidos del bajo mundo el mensaje de segura retaliación, si abandonan la fila.
¡Nunca vimos tanto pus!
Esa candidatura oficial se descompuso medularmente ante lo extraordinario: la gente castigó el uso inmisericorde de los recursos públicos y de la corrupción para comprarles el voto.
El sentimiento de cambio, ha devenido, pues palpable y contagioso.
Así cierra la campaña electoral: con un PRM que la ganó abrumadoramente. Pese al ambiente de confusión y apabullamiento que el oficialismo propagó y propició; que elevó a niveles putrefactos cuando fueron mostradas las “Adendas” a los contratos con Odebrecht.
La pregunta es: ¿con “toquecitos” y demás formas purulentas se podrá “anotar” votos, infectando aún más la democracia?