Cegueras del poder

En vez de tirarse a la calle a respaldar y querer imponer a un candidato que no exhibe un perfil de ganador, el presidente Danilo Medina debió jugar un rol de ente de moderación y garante de la institucionalidad y la tranquilidad del país, especialmente en este tramo final del actual proceso electoral.

Lo cierto es que, de un buen tiempo para acá, la confianza y el respeto a las reglas de juego de la democracia han estado en ascuas.

Al margen de sus deseos y preferencias con respecto al candidato de su partido, como jefe del Estado y primera figura de la nación, al gobernante le asiste la gran responsabilidad de contribuir a la celebración de unas elecciones transparentes, donde se respete la voluntad de la mayoría en las urnas, y donde ninguna influencia oficial impida que la democracia fluya. Aunque a muchos nuble la razón y mareé hasta hacer- y hacerse- daño, está escrito que ningún poder o reinado es para siempre, sino por un tiempo. Entonces, se debe aprovechar el periodo de control y de ejercicio pleno del poder político para propender al bien del colectivo social, dejando una impronta de buenas acciones, grandes aportes y realizaciones que se recuerden el tiempo. Ha sido práctica, pero no es ético, usar el poder del momento para cerrarle el paso a contrarios, muchas veces afectando el clima de confianza y dando lugar a que ocurran traumas institucionales, sin reparar en las consecuencias. Patrocinarlo o permitir que parciales y áulicos del poder lo hagan, sería falta mayor y jugar a peligrosas aventuras.

Aquí, desde antes de los calculados “empates técnicos” (?), se ha estado jugando con cartas marcadas, creando escenarios falsos con el objetivo primario de afectar a Leonel. Y ahora, de vender que Gonzalo, cuyo puesto es el tres, le gana a Luis (¿).

En boca de un presidente casi al irse, eso de que” nosotros vamos a ganar las elecciones”, y la arenga de que:” defiendan su mesa, porque del resto nos encargamos nosotros”, es preocupante y peligroso (¿). Crea expectativas y dudas que en nada ayudan a la confianza que debe rodear el proceso del 5 y 26 de julio próximo. Y si Medina erró al empujar a Leonel, dividir al PLD y - casi seguro - sacarlo del poder, mucho más ahora ,al plantear que:” todo lo que ha pasado aquí después de las elecciones favorece al PLD”, sin medir que el rechazo manifiesto es superior al asistencialismo oficial y a la “ayuda” clientelar de Gonzalo con recursos públicos, incluidos los casi 56 millones que el Partido pagó por vuelos para “traer dominicanos varados”, según la relacion de gastos de campaña reportada a la JCE.