Lo imposible va a la calle

Nadie sabe porqué salió de último o porqué desde que salió se le puso el sello de Danilo Medina si los otros igualmente pertenecían al grupo. Esa impresión de afuera se asumió adentro y dos compañeros de apearon de la guagua.

Incluso de mala manera. No obstante se dijo desde el principio que Gonzalo Castillo sería cargado en las espaldas o los hombros del presidente Danilo Medina, líder de la tendencia y promotor del sorpresivo aspirante.

Los recursos fueron abundantes desde los inicios y bajo sospecha de que provenían del Estado, uno de los principales cuestionamientos y eje de la contra-campaña. Al mandatario, sin embargo, no se le veía por parte.

Los funcionarios sí, pero no al jefe de los funcionarios. Otra situación que tampoco se explicó, pero que ahora se corrige, si es verdad que el jefe del Estado va para la calle a apoyar su candidato.

Una señora que se ocupa de la cocina y que gusta preparar moro dijo –a manera de comentario soez– que podría haberse hecho tarde para ablandar habichuelas.

¿ Por qué el gobernante se integra a la campaña de manera militante, por qué se trata del tramo final o por qué los resultados de las encuestas ponen a Gonzalo Castillo al borde del abismo ?

La fase final podría ser una razón, pues conviene cubrirse del chisme, de que lo lanzó a los leones, lo dejó padecer el inri del cristiano indefenso y no hizo de gladiador ni lo salvó de su suerte.

Las encuestas no podrían ser razón puesto que los oficialistas se ufanan de sus números. Aunque la reacción a tres de esta semana fue de almas en pena que se horrorizan viendo las llamas del infierno tan cercas y tan suyas.

Lo último que se pierde es la esperanza, pero se cree difícil, no imposible, que pueda remontar la diferencia y burlarse de las firmas extranjeras causantes de la maldad.

Replicar como la orgullosa y combativa marca de cigarrillos Montecarlo a la Malboro: ¿ Cómo te quedó el ojo, forastero ?