Prepararse para el cargo

Es más que necedad, es una ofensa a los que se preparan y un insulto a la inteligencia natural del pueblo, el solo pensar, creerse o promover la idea de que cualquier ciudadano puede ser presidente de la República, porque disponga de muchos recursos para comprar conciencias y tenga de aliado a quien en un momento dado controle el poder político.

El aspirante o promovido pudiera hasta no tener experiencia de Estado – para el ya entrenado, es ganancia y un factor de confianza –, pero quien que busca ese alto cargo debe contar con una preparación y unas condiciones muy especiales, acorde con la responsabilidad y complejidad que significa dirigir un país, para garantizar el éxito, no ser un fiasco y llenar las expectativas del votante.

La suma de una ausencia de experiencia, de preparación y de talento, sería un riesgo, una aventura o una especie de “salto al vacío”. Ya con elecciones encima – y frente a una crisis sanitaria mundial de proporciones impredecibles en daños a las economías y las vidas humanas-, ¿pueden los dominicanos darse el lujo de elegir el 5 o el 26 de julio a alguien como presidente que no esté ranqueado para enfrentar con éxito la dura realidad que heredará el nuevo gobierno a partir de agosto? En verdad, inventar e improvisar poniéndole oídos a alguien que, sin ser economista ni experto en el tema monetario, venda un discurso populista de “mucho dinero en la calle y en los bolsillos”, es irresponsable y de un alto riesgo para la estabilidad y destino de la nación.

Ofertar esa locura, como un montón de obras imposibles de hacer en cuatro años, por el factor tiempo y falta de dinero (además del alto endeudamiento), solo se explica que sea por ignorancia o poco amor el país. Lo que vendría – o lo que quede – no lo enfrentaría cualquiera (¿). Y para “reactivar… con calles y bolsillos llenos de dinero”, solo sería con inorgánicos y con más endeudamiento (?), generando inflación e inestabilidad en el acto.

¿Alguien sensato y que sepa de eso se lo imagina? Con pocas remesas, bajos ingresos en DGII y el turismo casi en cero, el panorama es incierto. ¡Que el Señor nos proteja! Por cierto, sin desperdicio y cae como anillo al dedo, el video de una joven que pregunta: ¿por qué los políticos no estudian?, sugiriendo que se cree una Escuela de Servidores Públicos, para que todo el que aspire a un cargo tenga que prepararse para hacerlo bien; tomando clases de liderazgo, de patriotismo, de política internacional, de trabajo en equipo, de moral y de ética, entre otras, educándose en las soluciones, no en los problemas. Dice otras grandes verdades.