EL BULEVAR DE LA VIDA

El voto útil

A tan solo 26 días de las eleccio­nes presidenciales, hemos en­trado ya a la hora definitiva de los hornos que conduce irre­mediablemente al voto útil.

Horas donde aumenta el tamaño de las promesas y la virulencia de los discursos.

Tiempos de “mai del play”, insultos que se olvidarán inmediatamente finalice la campaña, en donde siempre aparecen las campañas sucias. De ellas han sabido, ca­da uno en su momento, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Margarita Cedeño. Ni Leo­nel atentó contra la estabilidad macroeco­nómica en 2004, ni Margarita tenía cuenta en euros en un banco danés, ni viajó Hipóli­to Mejía en el avión del narcotraficante Cha­po Guzmán.

Veremos crecer el tamaño de las prome­sas, la virulencia de las descalificaciones, y con ellas irán llegando los resultados de las encuestas que mostra­rán el inevitable proce­so de polarización que siempre se ha presen­tado en nuestras elec­ciones presidenciales. Y es que, suicidadas ya las ideologías, y con­vencido el votante de que la diferencia fun­damental entre un partido y otro es el color de las corbatas o el teñido de la amante de algunos de sus dirigentes, entramos de lle­no a ese VOTO ÚTIL que consiste en votar a un candidato, no por sus luces, aciertos, ca­risma o aportes, sino porque es el único que puede evitar el triunfo del otro. Luis Abina­der frente a Gonzalo Castillo, por ejemplo, y también viceversa.

Es esta oportunidad, las víctimas de ese voto útil serán Guillermo Moreno y su Alian­za País, que verá diluirse su voto alternati­vo al sistema político tradicional (la partido­cracia), y un Leonel Fernández y su Fuerza del Pueblo que tendrá que esperar una se­gunda vuelta para que tome especial impor­tancia su porcentaje en la primera. Un por­centaje que, por relativamente pequeño que pueda ser por efectos del voto útil y la pola­rización, podría ser determinante. Mientas tanto, uno recuerda aquí, que el país no se termina el 5 ni el 26 de julio.

Elija Ud. el de su preferencia, el menos malo o el que puede serle útil para evitar el triunfo del peor, pero no se aloque, mida sus palabras, París vale una misa, “tu piel vale un poema”, ay, pero el fanatismo político no vale un amigo.

En fin, que esta vez, aquí se votará “para que no vuelvan” o, en su defecto, “porque de que se van... se van”.

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