EL BULEVAR DE LA VIDA
No olvidemos lo principal
El sistema de seguridad 911 ha venido a poner números a nuestros temores, convirtiendo en datos reales lo que hasta entonces eran sospechas, percepciones.
Ahora sabemos que durante lo que va de cuarentena, la violencia intrafamiliar ha aumentado 27% con relación al mismo período de 2019.
Como sabemos, que los casos de violencia contra la mujer aumentaron un 15% en igual periodo.
¡Ve qué vaina!
El mundo va sacando de abajo. Todos andamos afanados en presentar nuestra mejor cara en estos tiempos difíciles donde se ha mezclado una pandemia de salud con una hecatombe de pobreza, empobrecimiento y desigualdad, al punto de que hoy todos somos un poco mas pobres que ayer. Pobres de pan o de abrazos, pero más pobres.
La crisis de la salud ha llevado a la crisis de la economía y ellas nos han golpeado por donde más duele, la familia, los amigos, los amores.
Así como entre los enamorados las conversaciones políticas conducen a la cultura y de allí casi siempre terminan en el amor y sus cabalgatas, así, las crisis económicas conducen a crisis políticas.
Las crisis de salud -cuando tienen el poder dañino de este bicho malo del coronavirus - conducen a crisis económicas que desnudan las carencias de una sociedad, exponen sus vergüenzas, como el machismo leninismo del macho ibérico que en su casa continúa reproduciendo el modelo del abuelo. (Y ni siquiera una modesta fregada ha dado en medio de esta crisis).
Gracias al Covid-19 que ha conducido al teletrabajo y al telestudio, ahora sabemos cuán importante es acelerar los esfuerzos por disminuir la brecha digital.
Por el Covid sabemos o por lo menos estamos mas cerca de imaginar la importancia de los afectos, el valor de un abrazo.
Entonces, en lo que recuperamos la salud y relanzamos la economía, a ver si cada quien, -comenzando por el gobierno y terminando con los ciudadanos-, hace todo lo que este a su alcance por nunca más olvidar lo principal, en fin, “que es el amor, estúpidos, es el amor”, la familia, los amigos, los vecinos, en el hogar, en la iglesia o en el bar de la esquina.
No olvidemos lo principal.