EN LA DIANA
Reactivación vs devaluación
Primer Tiro Ante los devastadores efectos recesivos de la crisis creada por la pandemia del Covid 19, la mayoría de los bancos centrales del mundo adoptaron una posición de política monetaria flexible, pues ese era el primer instrumento de lucha disponible contra dichos efectos, y era necesario aplicarlo de inmediato para mantener un nivel de actividad económica aceptable. En el caso de los países de la región de América Latina y el Caribe, sus bancos centrales reaccionaron rápidamente, y ya a mediados de marzo aplicaron importantes reducciones de sus tasas de política monetaria, así como medidas de flexibilización del crédito. México, Chile, Colombia, Costa Rica y República Dominicana tomaron la delantera, con recortes de 100 puntos básicos en el caso de estos dos últimos países. La caída en el ritmo de actividad económica aumentó la brecha entre el producto potencial y el observado, creando el espacio para políticas monetarias expansivas no inflacionarias, pues en las nuevas condiciones la tasa de interés que estimula el crecimiento sin crear inflación es menor que en la situación anterior a la crisis.
Segundo Tiro La reducción de las tasas de interés y el aumento en el déficit de la balanza de pagos aumentan las expectativas de devaluación, y crean presiones en los tipos de cambio en la mayoría de las economías de la región, las cuales registran fuertes caídas en sus exportaciones y en las entradas de capitales. En ese contexto, se imponen dos preguntas: 1) ¿Cuál es la tasa marginal de devaluación que debería esperarse en la nueva situación, por encima de la cual las expectativas de más devaluación no tendrían ningún fundamento? 2) ¿Qué condiciones podrían justificar la decisión de retirar el estímulo monetario y parar el proceso de reactivación para frenar la acelerada devaluación? Un alto nivel de reservas internacionales y una baja inflación deben ser los factores determinantes de la decisión de mantener la reactivación y tolerar la devaluación. Pero también es necesario decidir la duración de la reactivación y el límite hasta el cual la devaluación actual no se convierta en inflación futura, y aquí la predicción del momento de la reversión del choque externo negativo y transitorio seria el factor clave.
Tercer Tiro Si el limite tolerable de la devaluación es aquel que no produce una inflación esperada por encima de lo contemplado en el Esquema de Metas Inflacionarias, y si dicha devaluación se produce antes de completar las fases de apertura total de la economía, entonces la flexibilización pro reactivación debería levantarse, y pasar a un endurecimiento monetario que elimine toda posibilidad de un desbordamiento inflacionario incontrolable, pues en ese caso el costo de la devaluación excesiva seria mayor que el beneficio de la reactivación. Por supuesto, lo ideal sería llegar a la apertura total sin llegar a la devaluación máxima tolerable. Analícese la situación local en el marco teórico y analítico anterior. La tasa de devaluación actual es mucho mayor que la requerida por el ajuste del choque externo transitorio, pero las expectativas devaluatorias persisten. La aceleración de la apertura de las actividades generadoras de divisas (empezando con los hoteles y los aeropuertos), y señales claras de un desmonte del estímulo monetario, son las decisiones que podrían revertir el proceso devaluatorio.