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CONTANDO LOS HECHOS

Jóven, ¡Agarra la oportunidad!

Estamos acostumbrados a escu­char los lamentos y reclamos de personas jóvenes en el sentido de que no reciben las oportunida­des que merecen porque las prin­cipales posiciones, tanto en el sector público como privado son generalmente acaparadas por personas de mucha experiencia acumu­lada, y por ende, de bastante o mucha edad.

Sin embargo, desde el origen de los tiem­pos, han sido hombres muy jóvenes que han logrado las mayores proezas que marcan la historia. Mil años antes del nacimiento de Je­sucristo, el jovencito David, de 18 años enton­ces, aniquiló al gigante Goliat y se convirtió en el segundo Rey de Israel. Unos trescien­tos treinta años antes de Cristo, Alejandro de Macedonia, a los 20 años se convirtió en rey, conquistando la mayor parte del mundo de esa época. Lo recordamos como Alejandro, El Grande. A la edad de 21 años Mehmed II, ascendió al trono del Imperio Otomano, con­quistando a Constantinopla, en el 1453. Esta ciudad había sido asediada en siete ocasiones previas, habiendo derrotado a todos sus pre­tendientes.

Juan Pablo Duarte y todos sus compa­ñeros Trinitarios, eran jovenzuelos lle­nos de patriotismo y ansiosos de vivir en un país independiente. En época más re­ciente, no olvido el caso del joven que me abordó en el Aeropuerto Internacional de la Américas, antes de partir a una trans­misión de Grandes Ligas, para decirme que él aspiraba a ser narrador de beisbol, pero que entre Billy Berroa, Félix Acosta Núñez, Max Reynoso, Lilín y otros, no les daban chance a los jóvenes para desarro­llarse.

En la situación que estamos viviendo en estos momentos con el coronavirus, las personas mayores de 60 años tendrán que esperar a que surja una vacuna, pa­ra poder interactuar físicamente dentro de la sociedad, so pena, de pagar un al­to precio de sufrimiento que puede llegar hasta la muerte misma. Eso significa que esa gran masa de personas tendrá que abandonar físicamente su sitio de traba­jo creando un gran vacío que alguien ten­drá que llenar, siempre que tenga menor edad que la señalada.

A llegado la gran oportunidad. Sin embargo, la simple juventud no será su­ficiente para asegurar el mantenimiento de una posición, y mucho menos el éxi­to dentro de la misma. Esto quiere decir que los jóvenes, además de su intención, entusiasmo y vigor, tendrán que prepa­rarse para poder aprovechar las oportu­nidades que estas nuevas circunstancias les están abriendo.

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