Deporte integral

Hay personas ligadas al de­porte que no entienden que el Estado establece los prin­cipios rectores del depor­te mediante ley. Su prácti­ca debe estar orientada esencialmente a la formación integral de los ciudadanos en lo físico, intelectual y moral, para así contri­buir al bienestar social del país.

En su Artículo 9, la Ley es vertical en la protección a los menores de edad, enfati­zando en la práctica deportiva el aspecto lúdico-recreativo, para evitar presiones competitivas a destiempo, garantizando una preparación física y mental adecua­da en el paso al profesionalismo. El de­porte debe llenar su cometido también en la sustentación de los valores del in­dividuo.

La dirigencia deportiva del patio explo­ta el factor mercurial por encima del factor educativo e integral. El deporte juega un papel determinante junto a la familia y la religión, para crear buenos ciudadanos pa­ra la sociedad.

No se trata de vender medallas y eventos a los gobiernos y sector privado para lograr recursos al margen del deber por vocación de formar integralmente en valores a los at­letas. El supremo interés debe ser la forma­ción integral de los mismos, para una mejor nación.