EL BULEVAR DE LA VIDA
Un puente aéreo y unas compras de gobierno a gobierno
Por menos en algo coinciden ya científicos y políticos: los test son fundamentales para enfrentar con éxito al COVID-19. Como explica el Dr. Nyenswah de la universidad Johns Hopkins: “No se pueden tomar acciones ni conocer el impacto real del virus si no sabemos a cuántas personas ha afectado”. Sin ese dato, todo es improvisación.
Es a partir de estas evidencias y las exitosas experiencias de Corea del Sur o Alemania, que uno saluda la propuesta que la Cámara de Comercio Domínico – China ha formulado al gobierno dominicano para que solicite al gobierno chino el establecimiento de un puente aéreo entre los dos países, que nos permitiría importar en apenas 18 a 24 horas los test, equipos e insumos necesarios, incluida la posible donación de parte de los 170 mil ventiladores pulmonares (entre otros valiosos equipos) que han sido desmontados en la ciudad de Wuhan donde ha sido levantada la cuarentena. Además, dada la magnitud de la crisis, las compras se harían de Estado a Estado, sin intermediario, dígase más barato, amén.
En la actualidad, el Estado dominicano no dispone de los test necesarios. El domingo, agradecido, el ministro de salud resaltaba las donaciones hechas por el candidato del PLD, y las prometidas por el PRM... “pero así no podemos profesor, así no hay pollo que llegue a gallo”.
Que el Estado dominicano disponga o no de unos test que se han demostrado imprescindibles no puede depender de las donaciones de unos candidatos que no han hecho sino modificar la forma de hacer su campaña política, entre otras razones porque, ante lo que está viviendo el país, es la única posible. Y es que, cuando la vida está en peligro, el origen de una donación importa poco, aunque su sentido solidario desaparezca en el momento en que ella se convierte en parte de la campaña.
Con este Covid-19 tan letal, con “esta vida tan desatenta y esta muerte tan enamorada”, (que diría Miguel Hernández), toda donación es bienvenida, sí, ¡Dios se lo pague!, pero no deja de ser vulgar, oportunista.
Si dar las gracias con palabras devalúa el regalo, regalar para publicitarlo hasta la nausea, para que te lo agradezcan en las urnas, devalúa al regalador, al donante. ¡Ay! de la política y sus miserias.