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Día 24 de cuarentena del 2020

Solicitud de una ciudadana a sus líderes

Si algo positivo ha lograda la pandemia del Coronavirus, aparte del impacto medioambiental, es que la humanidad está unida por un mismo problema, en el que no cuentan las diferencias entre países desarrollados o pobres, ni si somos del norte o del sur. Las diferencias políticas, geográficas y sociales le importan un comino al virus.

Hago un llamado a los líderes de todos los países, a los funcionarios y cabecillas de organizaciones internacionales, a detener las diferencias, las acusaciones, la búsqueda de culpables, las suposiciones de complot, los señalamientos de errores. Como ciudadana, el virus no me da tanto miedo porque a fin de cuentas tiene un ciclo, pasará como han pasado otros, hallarán la vacuna y terminaremos conviviendo con él. Confío en la Naturaleza y en la capacidad de adaptación del ser humano.

Pero lo que sí me aterroriza, es cada noticia de un líder acusando a otro, resaltando las diferencias políticas, sacando las desavenencias entre regímenes, como trapos al sol. Porque nos envían dos mensajes: 1) Ya se están peleando, y como siempre, no se pondrán de acuerdo y las consecuencias podrán ser el terrorismo, la guerra y el caos total. 2) Sus mentes están ocupadas en esos asuntos, no al cien porciento en las soluciones para enfrentar el virus y sus consecuencias sociales, sicológicas, económicas y morales. Nos hacen sentir desamparados, como un barco a la deriva. Crean un ambiente perfecto para que exploten las bombas de tiempo en las cabezas de sicópatas y delincuentes, de los cuales el mundo está lleno, que están bajo la presión del confinamiento y la ociosidad y les dan pie a pensar, si los jefes están matándose entre ellos, entonces salgamos a matar.

Si cada uno de ustedes hala para su lado, la gente empezará a matarse por una mascarilla, ya lo hicieron por un papel de inodoro. Lo peor de las crisis es el pensamiento "Sálvese quien pueda", que ha marcado con demasiadas cicatrices la historia de la humanidad, como para que volvamos a caer en el mismo error. Esta vez no podemos darnos ese lujo señores líderes. Porque este enemigo no es chino, no es extranjero, ni de blancos, ni de pobres, ni de prostitutas, ni de ignorantes. Este enemigo es común a todos y cada uno de los seres humanos. Por lo tanto la manera de afrontarlo debe ser común a todos y cada uno de los seres humanos. Si Taiwan está políticamente excluido del resto del mundo, ahora es el momento de hacer una excepción y compartir toda la información con ellos. Si Estados Unidos quiere intervenir en la crisis de Venezuela, por ahora debe ser con mascarillas y respidadores. Porque si "ellos" no superan el virus, "nosotros" no estaremos a salvo. Así es como funciona este virus inteligente.

De ahora en adelante, los inmigrantes no querrán ir al país más desarrollado o con una economía más fuerte, sino al país con mejor capacidad de respuesta al virus, porque no se detendrá en meses, sino en más de un año y formará parte de nuestra civilización, porque este virus es como el exterminador: "I'll be back". Serán más fuertes, no los países cuyas monedas queden menos afectadas, sino aquellos que logren mejores notas en su forma innovadora, inteligente y firme de combate al virus y por lo tanto, a sus consecuencias socio-económicas.

Este es ese momento de la historia en que algunos individuos quedarán registrados en los libros por su asertividad y otros serán colgados en la plaza por pueblos que habrán tomado el control en sus manos. Por favor líderes, inscríbanse en la lista de la civilización y den con sus acciones y con sus palabras, el ejemplo a todos los que estamos como manadas de animales encerrados en corrales, obedientemente (hasta ahora), esperando el momento de la liberación. No nos hagan sentir que estamos esperando nuestro turno al matadero, porque entonces sí será el fin del mundo. O al menos de este mundo, tal como lo percibimos todas las generaciones vivas...aún. Y no quieran ser líderes cuando la cosa estaba bien, sean líderes ahora, es su responsabilidad. Nosotros los elegimos o ustedes tomaron el poder. En cualquier caso, ustedes tienen la sartén por el mango y no pueden soltarla, aunque se quemen.

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