Sin protagonismo

En momentos de calamidad como en el que estamos viviendo, el protagonismo en la comunicación es característico de una vanidad que traspasa el dolor del que la padece. Es una especie de alimento que nutre un ego carente de la verdadera sensibilidad que se expresa a través de una mirada, un suspiro y un apoyo desinteresado. El que se presta a hacer suyo lo que es preocupación de todos, en el fondo no entiende lo que significa buscar una solución que en conjunto, con base en sus capacidades, pueda llegar a resolver lo que es una crisis general. La vanidad de la mente egocéntrica es aborrecible y tenemos que soportar con paciencia las impertinencias y absurdos, ya que alardear de tener una comprensión superior, no pasa de ser una altanería. Con sabiduría, recibamos con humildad el esfuerzo mancomunado, y encontremos en el resultado del desempeño común, la recompensa de la unidad en el trabajo. No te creas dueño de la verdad, comunícala a los ignorantes para que los instruyas y así poder alcanzar lo que todos podemos aportar para salir de esta crisis.