Coronavirus. Antes y después

Todo parece indicar que el Coronavirus COVID-19 se esta convirtiendo en un marcador de estos tiempos que define un antes y un después del mismo. Dice el afamado escritor Yuval Harari, que la sociedad humana ha venido disfrutando de su mejor condición de desarrollo económico, progreso y avance social de toda la historia. Obviamente que existen algunos ejemplos que podrían contradecir esa afirmación general.

El Coronavirus COVID-19 de manera contundente acaba de crear un nuevo estado de cosas que a nadie se le hubiera ocurrido pensar en ello hace solo unas cuantas semanas. Ha puesto al mundo de rodillas. Ha creado un reto enorme al liderazgo político mundial, a todas las organizaciones institucionalizadas y al conjunto de ciudadanos de cada país afectado, que son la gran mayoría.

Hasta hace pocos días algunos líderes políticos de importancia habían desdeñado la gravedad que impone el COVID-19, mostrando más preocupación por las dificultades económicas que se estaban produciendo. Ya esos líderes sin excepción han tenido que convencerse de que solo existe una realidad: que la preservación de la vida está por encima de todo los demás intereses y que debe ser la única razón por la cual luchar en estos momentos. Dicho eso, naturalmente, deben tomarse las medidas de carácter económico que sean necesarias a fin de mantener la sobrevivencia de los trabajadores que pierden sus puestos y de las pequeñas empresas que necesitan sobrevivir.

¿Qué tenemos por delante? Mucho va a depender del tiempo en que mantenga su vigencia esta primera fase del virus, de cuán pronto se pueda regresar a los puestos de trabajo e iniciar el proceso de readaptación que necesariamente habremos de emprender. Como en todos estos casos de crisis, mucho dependerá de la capacidad de acción de los diferentes liderazgos y de cómo los ciudadanos se adapten a las nuevas circunstancias después de todo lo vivido y todo lo perdido.

Por suerte, la sociedad humana, a través de la historia ha dado muestras de que puede recuperarse de estas situaciones de crisis y seguir hacia delante, más fortalecida con el valor de la experiencia acumulada. Como dice en su canción José Ant. Rodríguez: “Cuando todo termine y la vida comience”