ORLANDO DICE
Menos sufrimiento
Supongo que ahora habrá cesado el sufrimiento nacional porque Gonzalo Castillo daba a manos llenas y no se permitía igual generosidad a Luis Abinader. Abinader hizo tres donativos y de seguro serán más a partir de mañana viernes cuando le llegarán los equipos o materiales que había ofrecido. Juego empatado y nobleza compartida, y una nueva situación. Castillo dará sin que lo critiquen y Abinader dará sin que lo obstaculicen.
Cuando la política quiere, puede.
Castillo repartirá por su lado y Abinader igual, y esa no fue en principio la idea. Originalmente se pensó en una cumbre virtual en la que Danilo Medina y Leonel Fernández y Luis Abinader, como la Conferencia de Yalta, para resolver el problema de Alemania. Perdón, de pandemia. El régimen fue sometido a una especie de acoso y se le voceaba cada día y en todas las esquina que no se dejaba ayudar. Incluso que en las actuales circunstancias se imponía un gobierno de unidad nacional. Todo un exceso, evidentemente. Aunque una situación interesante.
Generalmente es el gobierno que pide el concurso de la oposición, que deponga su actitud de enfrentamiento y se sume al esfuerzo común. En el caso fue al revés, la oposición tomó la iniciativa y se ofreció y propuso cosas buenas y cosas malas, y todas improvisadas.
La oposición al parecer no conoce el ánimo de las autoridades, y cree que con hacerse la graciosa, estas pueden olvidar la ocurrencia del 16 de febrero. La OEA dirá en su momento, pero el gobierno tiene algunos pelos en las manos y por el color sabe que la yegua fue baya. El golpe fue tan fuerte que no pudo reponerse –en tan corto tiempo– y lograr mejor desempeño en marzo 15, como aseguraba en febrero 16. Esa herida está abierta y sangrante, y aunque en política todo es simulación, el mucho rencor impide que se cuiden las formas. Como se está en enfermedad, la política puede ponerse en lista de espera. Pensará el gobierno ¿desde cuándo Fernández es infectólogo o Abinader experto en logística de salud?