Lo de Gonzalo y Abinader

La oposición resiente, recela y denuncia que el candidato oficial aprovecha la actual situación para avanzar su causa y favorecer sus intereses.

Que mientras los demás se resguardan en sus casas cumpliendo con la veda que impone la pandemia, Gonzalo Castillo, papeleta en manos, los pone a oler guiso ajeno.

Reparte millones, sus aviones van a Cuba y China, entrega equipos de protección, y si lo dejaran, pagaría la deuda del país.

Una campaña, su campaña, tiene cautiva una nación, un fenómeno difícil de enfrentar, mucho más de neutralizar e imposible de superar.

Luis Abinader y Leonel Fernández solo hablan por frecuencias nuevas pero de escaso alcance, y contrario a lo que dijo el Señor: no solo de la palabra de los candidatos vive el hombre.

Abinader por ejemplo está convencido ( o lo convencieron ) de que no debe abandonar el escenario, dejar enfriar la campaña y que Castillo juegue solo en la cancha.

Aunque tirando desde fuera del perímetro el aspirante opositor no logra encestar, por lo menos hasta ahora. O se le cae el balón o falla su puntería.

En la última ocasión propuso un maratón que no se sabe cómo se haría si igual planteó que el toque de queda fuera por 24 horas.

La Hora 25 fue novela y película de éxito en su tiempo.

Igual sugirió una cumbre virtual, como los programas de televisión y radio de estos días en que cada conductor habla al público desde sus casas. Una idea genial, pero políticamente deplorable.

Nadie entiende que no sea Abinader esa insistencia en un gobierno de unidad nacional ( así en minúscula ) y ese afán por ayudar a la administración a salir con bien de la situación.

¿ Acaso piensa que Castillo toma ventaja con ese protagonismo de Llanero Solitario, acelerado por demás ? Y si así fuera ¿ Cómo se explica que en sus encuestas Abinader se mantiene firme en el primer lugar ?

¿ Qué importa más una suposición que no llega a percepción o una medición reiterada ? Cuestión a determinar.