¿Corona al virus?

De que se trata esto, de poner una corona a un virus o de analizar si la marca que identifica a una cerveza muy conocida ha sufrido un contagio fonético debido a un coronavirus.

La idea es considerar si el Covid-19 que ya ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como pandemia debe colocársele un aro (corona) en reconocimiento, señal de premio o símbolo por los niveles alarmantes de propagación y gravedad, como por el nivel terrorífico sembrado en el mundo.

Lo que si merece una corona conforme las estadísticas del hambre es la cifra de 24,000 personas que mueren cada día de hambre en el mundo de causas relacionadas con esta, en cuya cifra un 75% de los fallecidos corresponde a niños menores de cinco años.

A este respeto, increíblemente las naciones han ignorado lo que Juan Pablo II y el Papa Francisco han formulado respectivamente el 22 de enero de 1999 y 24 de noviembre de 2013, en dos Exhortaciones Apostólicas Iglesia en América y la Alegría del Evangelio.

En ellas encontramos, que la actividad humana puede conducir a una verdadera desertización de territorios con las inevitables secuelas de hambre y miseria, en una economía globalizada que debe respetar la opción preferencial por los pobres contribuyendo a crear una cultura globalizada de la solidaridad; y que escandaliza el hecho de saber que existe alimento suficiente para todos y que el hambre se debe a la mala distribución de los bienes, problema que se agrava con la práctica generalizada del desperdicio.

A buen entendedor…