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Análisis de coyuntura | Salud

A votar que el “coronavirus” está, hasta ahora, controlado

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Ignacio Nova / Especial para Listín DiarioSanto Domingo, RD

Al concurrir hoy a ejercer el derecho y deber del sufragio para escoger los gobiernos locales, la ciudadanía y sufragistas dominicanos se preguntan si corren riesgo de contagiarse con el temido Covid-19 o Coronavirus de Wuhan. Con fuerza epidémica, este virus originado en China viene vapuleando la salud mundial con un prontuario de muertes que pronto llegarán a las 7 mil y a un ritmo de nuevos casos que aumenta en más de 4,500 diariamente.

Son las cifras ofrecidas por la OMS y la autoridad de Salud China, válidas hasta el sábado 14 de marzo, 2020; 03:36 pm.

Sin embargo, en el territorio nacional y hasta esta fecha no se han producido casos locales de contagio, según han declarado enfática y reiteradamente las autoridades de salud que, para robustecer el carácter oficial de las mismas, las han hecho desde la sede del gobierno del Estado.

El pánico: gobernabilidad y gobernanza erosionadas

Sin embargo, ello no ha impedido el surgimiento repentino de un gran pánico en la gente. El temor se ha extendido, manifestándose irracionalmente en el abarrotamiento inusual de los mercados y supermercados por una ciudadanía devenida en compradores temerosos y desesperados.

Ante el riesgo de desborde de sus capacidades operativas a consecuencia de tal demanda hiperbolizada, las principales cadenas de provisiones han emitido y hecho circular en las redes sociales y otros medios un llamado al comedimiento de sus clientes, garantizando el abastecimiento en los días sucesivos a los sufragios.

Tal situación describe un escenario de ostensible pérdida de la gobernanza comunicacional institucional, anclada a una credibilidad aminorada. A sus aguas ha venido a caer la información de la alerta nacional que sobre el Covid-19 declaró el Presidente Thrump y, junto a esta, las noticias sobre el nivel dramático y las consecuencias trágicas con las que el virus ha estado golpeando a España y a Italia.

Ante panorama tal, la intervención de la representante en el país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señora Alma Morales Salinas, ha sido necesaria. Ingresó al ruedo declarando, a modo de certificado, la inocuidad del sistema nacional de salud ante el Covid-19: no existe riesgo en concurrir a ejercer el sufragio, declaró. Las declaraciones ministeriales al respecto, incluso las comunicadas desde el solio palaciego, no lograban contener el pánico.

Conversación social de la salud en el entorno internacional epidémico

Todo se agrava al ocurrir en medio de un serio conflicto salarial con el Colegio Médico Dominicano y otro interno, en el partido de gobierno, que llevó a la salida del mismo del ex presidente de esa organización política. En tal escenario, era previsible que la gestión de la salud transitara sorteando altos riesgo deslegitimadores del discurso institucional y potenciadores de un pánico sanitario derivable de ese temor internacional inoculado en torno al Coronavirus de Wuhan. El sobrado énfasis de lo personal en las comunicaciones oficiales y la apelación a dispositivos propios del pasado ha tenido una fuerte incidencia en este resultado al que, por demás, acreditan poderosamente las desavenencias internas y los conflictos no resueltos con los gremios médicos.

En consecuencia, esos tres sectores, en ejercicio de sus facultares racionales y legítimas, han decidido distribuir sobre el terreno del riesgo epidemiológico, los móviles de una confrontación política híper sectorizada, participando en el conflicto con el objetivo de incrementar sus distintas rentabilidades. Lo han hecho explotando las debilidades internas no resueltas, esto es: recurriendo a y anclándose en la cultura de suspicacia social ante lo oficial-político (el dominicano es “chivo”). En este caso, ante una entidad que lo propicia dado que su conducta y gestión históricas se han caracterizado por haber producido sub registros de enfermedades, ignorar la veracidad científica vinculante a las funciones y, frente a los gremios de la salud y sus servidores, desestimar el obligado cumplimiento de los acuerdos.

Salud, en un conflicto triplicado

Así la actual gestión de la salud llega hoy a una situación de conflicto triplicado que acredita a la erosión de la gobernanza, pese a ostensibles créditos en la gobernabilidad. Una situación conflictual sólo políticamente explicable. Es la razón por la cual los médicos —varios de ellos, con gran prestigio gremial y ético, han sido consultados— revista de escepticismo público, desde el punto de vista racional infundado, las informaciones que sobre el Covid-19 han sido ofrecidas y se ofrecen oficialmente.

Suma de revanchas y descalificaciones con objetivos claros; nutridas por, y exponente de, lo vivido con el Dengue y las mortalidades materna e infantil: pocos reconocían que los indicadores cedían positivamente. Incluso lo dudan en la actualidad aunque la mejora fue certificada por la OMS, la señora Alma Morales, la Organización Panamericana de la Salud y Unicef. Pero tanta cercanía de la OMS a la gestión oficial en vez de crear confianza podría restarla ante una ciudadanía que mira su rostro local en el espejo de la corrupción y componendas políticas latinoamericanas.

Sí, es seguro ir a votar

Nos queda entonces, desde el punto de vista metódico, recurrir a la observación empírica para poner en duda ambas verdades: la de Salud Pública y la de los promotores del pánico.

Excepto los informados por el Ministerio de Salud, nadie ha denunciado que en su vecindario o comunidad alguien haya sido diagnosticado positivo al Covid-19. Tampoco que esté sufriendo los síntomas que característicos de la enfermedad. De haber sido así, las redes sociales y noticieros habrían estallado. Lo que ha saltado a estos se han caracterizado por la falta de credibilidad de sus emisarios y la insuficiencia de sus anclajes.

Se puede aducir que no estaban las pruebas y, como asegura el CMD, que las disponibles están “secuestradas” por el Ministerio, aunque el gremio calle que es una atribución propia del Estado, ejercida a través del ente regulador y garante sanitario, como ha resaltado la OMS, a través de su representante local.

Hay quienes han dicho en círculos privados que las pruebas resultan más económicas en los centros del sector privado que en los públicos, mintiendo al respecto, pues estas no están disponibles en las clínicas o para ellas. Sólo las puede realizar el estatal Laboratorio Nacional de Salud Doctor Defilló.

Las comunicaciones ante el ataque

Se verifica, pues, que el fuerte ataque contra el gobierno escogió como territorio el tema salud. Su objetivo es desautorizar su actualmente más importante para la seguridad pública proceso social en marcha: la protección epidemiológica ante el Covid-19, dado que la garantía de la seguridad sanitaria constituye un rol superior al energético entre las prioridades de la democracia. Proviene de los referidos tres flancos, incubado en el temor y no consentimiento social al manejo y explotación de las funciones públicas bajo el prisma privado o como fuente de acreditación política, en un entorno de intensa ojeriza contra funcionarios que se transformaron en candidatos sin haber elevado una décima la calidad de las “prestaciones sociales” puestas bajo sus cargos.

Se está en medio de un período de gobierno que concluye, el cual ha depositado un cheque en blanco para gastar en la prevención del Covid-19. Mucha gente mira esto bajo la lupa de la cultura administrativa local, una realidad que las comunicaciones institucionales, la estrategia de gestión de riesgo y del diseño conversacional obviamente soslayaron.

El fortalecimiento de la gobernabilidad institucional y la preservación de su gobernanza ante esos previsibles frentes, el electorado y la ciudadanía, bien pudieron ser enfocados como objetivos priorizados de los dispositivos comunicacionales, inoculándolos en el diálogo social y en los actos en los que en medio de esta coyuntura quedaban obligadas las autoridades de salud.

A votar, que el Covid-19 está, hasta ahora, controlado

Independientemente de lo anterior, no es verificable empíricamente la presencia de Covid-19 por transmisión local en el territorio nacional. Creemos que sería una robusta estupidez de algún funcionario salir de su gestión arrastrando el descrédito enorme de haber ocultado información vital y de este tipo a la población, de lo cual derivaría un daño enorme a la salubridad.

Hasta prueba en contrario, dudamos que con Sánchez Cárdenas estemos ante ese tipo de funcionarios.

Así que a votar, observando las medidas indicadas por Salud Pública en coordinación con los organismos internacionales y las experiencias obtenidas por otras naciones en su lucha contra este virus.

Especialmente, manteniendo un (1) metro de distancia con los interlocutores; lavándose las manos frecuentemente con jabón de cuaba, cambiando de ropa al regresar a la casa y limpiando con alcohol todo aquello que se haya tocado. Higiene en casa, los instrumentos y en el centro de trabajo.

Lo que sí circula en el país es la conocida “gripe”. Esta se denomina “Enfermedad respiratoria grave de las vías superiores e inferiores”. Hasta la semana 7 del 2020 (12-19 de febrero, hace un mes) presentaba un saldo de 331,581 casos para la primera y 60,404 para la segunda, con dos (2) defunciones para ambas.

La gente debe orientarse sobre la diferencia de síntomas entre gripes y Covid-19 y, especialmente, no responder a rumores interesados, siguiendo las orientaciones de Salud.

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