De vuelta a casa

El traslado al país de los cinco jóvenes dominicanos que estaban cursando estudios en Wuhan, provincia de China y epicentro del COVID-19 (Coronavirus), es sin lugar a dudas un importante logro de la diplomacia dominicana.

Y es que el proceso de evacuación de estos muchachos (tres varones y dos hembras) significó un complejo entramado de acciones, coordinaciones y decisiones, donde los elementos fácticos y circunstanciales, combinados con los imprevistos y las restricciones propias de la situación, hacían muy delicada la misión.

Pero, no obstante, gracias al apoyo del presidente Danilo Medina, y las instrucciones del canciller Miguel Vargas al embajador dominicano en China, Briunny Garabito, así como las diligencias con su homólogo ucraniano, Vadym Prystaiko, el grupo compuesto por Roberto Mercado, Michael Hernández, Melissa Santos, Moisés Soriano y Jessica Santos, fueron extraídos de China y llevados a Ucrania, donde luego de 14 días de cuarentena mandatoria, retornaron al país la madrugada del sábado en un vuelo comercial desde Nueva York, EE.UU.

Aparte de ser un destino lejano, la ciudad de Wuhan está cerrada; es decir que nadie puede salir ni entrar vía terrestre, por lo que encontrar hoy una aeronave que viaje hasta allá y al mismo tiempo conseguir que otro país permita que los aviones procedentes de allí aterricen para recargar combustible no es una tarea fácil.

Inicialmente se hicieron varios intentos de manera infructuosa, sin embargo, todo eso fue sorteado y gracias a Dios los becarios pudieron ser entregados a sus familiares con la satisfacción del deber cumplido, en un capítulo memorable de las relaciones exteriores de República Dominicana.