?Margarita en McKINNEY

Si finalmente el PLD no quiso que estuviera “linda la mar”, lindo estará nuestro programa McKINNEY para Color Visión de este sábado a las 11:00 p.m., y no por la escenografía sino por la invitada, y por lo que allí se negó o confirmó. Hubo palabras mayores. La invitada tuvo que separar la leyenda urbana de la anécdota verdadera, y explicarnos si tiene límites el machismo leninismo de los boschistas verdes o morados, nietos del mismo viejo sabio vegano, tan olvidado. Y mientras Uds. esperan las once, uno andará por los alrededores de la Plaza de la Bandera, - (en el CEI-RD brindan el mejor café del Estado y en el TC el mejor vino)-, preguntando por lo que no sabe y sospecha. Tanta torpeza “no puede ser sólo fútbol, tiene que ser otra cosa”, señor Bauger. A qué estamos jugando.

Repasemos los hechos: Los jóvenes se lanzan a conquistar la utopía, logran lo imposible, y a la hora de dialogar en la PUCCM, la voz cantante la lleva el nada imparcial coro directivo de “los niños cantores de la Viena” del CONEP, cuyo presidente es Pedro Brache.

Los bloques electorales del PRM y el PLD sumaron más del 95% de los votantes en 2016. Sumémosle a LFP por su intención de voto determinante para decidir quién gana o pierde entre el PLD y el PRM en una posible segunda vuelta, y sumémosle a una muchacha de boina gris en representación de los duendes libertarios de La Plaza; entre todos eligen a un mediador y tres asistentes NO aguiluchas, e invitan a los embajadores imperiales Bernstein y Zhan como testigos.

Al grupo lo encerramos en la casa del Nuncio de Su Santidad, en la avenida Máximo Gómez, y aplicando el método de elección papal, de allí no tendrán derecho a salir hasta que salga la fumata blanca de un acuerdo, que, para encontrarle sentido a la democracia, nada hay como recordar lo que es una dictadura en los Soviets o entre Videla y Pinochet.

Ni PC, ni FINJUS, ni ACROARTE, y ni siquiera el Licey que es glorioso, deben estar ahí. Excepcionalmente, debería estar el Colegio de Psicólogos para que desde allí ofrezca terapia gratuira a un país en crisis de confianza, porque los políticos no saben perder y ciertas élites empresariales sólo saben ganar.