Responsabilidad ante la injusticia

Pocos pueden afirmar que no se le haya presentado una ocasión, en la que tuviera que asumir posición frente a una situación que amenace su integridad, sea esta moral o física. Pero también se presenta el momento en la vida que hay que sacar la cara por otros debido a una injusticia que se comete contra ellos.

En estos casos que se presentan es la oportunidad para demostrar cuan responsable se es, al afrontar o enfrentar situaciones conflictivas con gente influyente o no. De ahí viene un dicho, que con frecuencia expreso: “dime a quién te enfrentas y te diré quién eres”. En el refranero popular es frecuente escuchar que “puerco no se rasca en javilla”. Y esto es del todo cierto, cuando se trata de demostrar una superioridad en términos de enfrentamientos que se presentan en ámbitos empresariales o políticos.

Pero volvamos al tema que nos ocupa. Una falta de responsabilidad al evadir cuando se atenta contra la dignidad de alguien, equivale a renegar de principios que son inherentes a la condición humana. Desde el momento en que nos escurrimos al primer asomo de adoptar posición ante cualquier injusticia que vemos, de inmediato pasamos a ser instrumentos poco confiables ante la adversidad que afecta a aquellos que han puesto su confianza en nosotros.

Es extremadamente peligroso, confiar en gente que no es capaz de expresar solidaridad ante situaciones que resultan ser nocivas tanto para el afectado como la comunidad a la que pertenece, por el mal ejemplo que resulta de esta.