Juventud: grito de esperanza

Observando detenidamente en noticieros de televisión la apreciable multitud de jóvenes de clase media alta y media, todos bien vestidos, en el perímetro de la Plaza de la Bandera, protestando con civismo, pero con determinación empoderada de cuanto considera proceder indebido del gobierno del presidente Danilo Medina, pienso que no todo está perdido.

Pude comprobar que no pocos son jóvenes que por su apariencia física pienso que aspiran votar por primera vez, y todo ese escenario resulta muy espiritual y conceptualmente novedoso y esperanzador.

Ejercer su decisión a escoger representantes que entienden interpretarán sus aspiraciones ciudadanas, relegadas por influencias políticas, y tienden un oscuro manto que estiman frustran sus legítimas aspiraciones de progresar e insertarse como actores de su sociedad.

Confiados vivir en democracia, interpretando esa juventud tesoro de vida, organizándose con orden hasta llegar a una mesa electoral apostando a un futuro mejor para sí y el país.

Viene demostrando nuestra invaluable juventud en estos días su clara preocupación por un futuro mejor, despejado de las sombras de dudas que conspira con su frustrado hoy, canalizando esas inquietudes ciudadanas en función de conquistas comunes de salud, educación, mejor nivel económico, seguridad, energía eléctrica estable, superando el subdesarrollo en pleno siglo XXI, frente a la codicia entronizada en el poder.

Las voces unidas de la juventud de hoy reclamando justicia, democracia y transparencia es digna de aplaudir y estimular, ante estas manifestaciones de protestas con altura y gallardía, propias del mejor sentir ciudadano. Nuestra juventud se alza en protestas pacíficas exigiendo su derecho y respeto al voto con valor y decisión admirables. Aplaudamos y respaldemos estos reclamos juveniles que preconizan el cercano devenir de un mañana promisorio.