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¿Jugar al caos?

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CRISTHIAN JIMÉNEZSanto Domingo

Riesgoso para un presidente jubilado y un partido de un prolongado mandato que provoca hartazgo, jugar al caos.

Es irresponsabilidad apelar a “agudizar las contradicciones” en un ambiente nacional y regional tan volátil. En esto no hay genialidad.

La soberbia y la autosuficiencia son tan malas consejeras en situaciones cruciales que impiden la lectura correcta del delicado momento que vive el país.

Un discurso autocomplaciente con hermosas cifras no debe cegar al presidente Danilo Medina y menospreciar el reclamo nacional, con fuerte acento juvenil, sobre elecciones justas, democráticas, transparentes y sin el uso de fondos públicos que hace rato trascendió a los partidos.

Uno de los grandes problemas de Medina es que reduce casi todo a su disputa política y personal con su antiguo compañero y expresidente de la República, Leonel Fernández. Su discurso del 27 de febrero último así lo confirma.

Todas las referencias para establecer contrastes tenían que ver con 2012, fecha en que finalizó Fernández y el relato sobre construcciones y servicios, necesariamente sin mencionarlo referían al televidente a la gestión del exmandatario.

El mandatario rehúye un compromiso en firme que establezca reglas claras para las elecciones del 15 de marzo y del 17 de mayo próximos que se concrete en un gran acuerdo político como han planteado Conep, asociaciones de industriales y comerciantes, iglesias y los partidos de oposición. (¿Estaría evitando verse a la cara con Fernández?). La mayoría de los medios de comunicación ha apoyado editorialmente la propuesta.

Medina en su discurso de 2 horas al país reiteró el apoyo a la investigación técnica de la OEA, pero guardó silencio sobre la propuesta, en un evidente desprecio al amplio reclamo del pacto que generaría certeza y confianza a los comicios y aligeraría a presión que sufre la Junta Central Electoral.

Por el contrario, el mandatario y su PLD contribuyen a debilitar más a una amoratada Junta al profundizar la violación a la ley, incrementando la propaganda del candidato presidencial Castillo y reforzando la presencia de altos cargos en la campaña electoral.

Los voceros oficiales que rendían culto a las elecciones municipales como plataforma para un triunfo en mayo y que alegaban que los partidos de oposición “no quieren que les cuenten los votos”, ahora lucen desestimulados. La oposición alega que el PLD supo en los días previos que perdería e intentó un fraude técnico en el sistema de voto automatizado que abortó el proceso.

El problema es que no ha valido la intervención y acompañamiento de IFES y UNIORE y que la OEA se encargue de una auditoría que aún no arranca, para generar confianza y devolver mediana credibilidad a la JCE para organizar las elecciones del día 15.

Casi todos coinciden en que se establezcan responsabilidades y se rodeen de garantías las elecciones de este mes y las de mayo 17, pero ocurre que parecería imposible que OEA concluya el peritaje antes del 15. Los jóvenes, incluso, han dado un paso adelante para no quedarse en las quejas y se ofrecen como voluntarios para trabajar en los colegios electorales.

El reclamo juvenil que inició con un puñado de muchachos frente al edificio de la JCE cuestionando al organismo y los vicios del partidarismo tradicional se extendió a todo el país y al exterior y concluyó en su primera fase en una multitudinaria concentración con intervención de artistas populares, incluido Juan Luis Guerra que disputó audiencia al discurso presidencial y asistencia al desfile militar en el Malecón con motivo del Día de la Independencia.

Las protestas, con la modalidad de “cacerolazos” hasta los alrededores de la casa privada de Medina y en restoranes, han tenido una fuerte deriva antigubernamental y en contra de los peledeistas que parecería que ven inconvenientes en ir a elecciones en este ambiente adverso. ¿Prefieren jugar al caos?

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