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ORLANDO DICE

Significación política

El hecho pasará desapercibido, como una anécdota más del movimiento, aun cuando tiene más significación política que otros incidentes.

La oposición política cambió la ruta de su marcha, desistió de ir a la Plaza de la Bandera, porque los ocupantes, en su mayoría jóvenes, se negaron a compartir el escenario de la redención.

Dijeron que si insistían, simplemente dejarían el lugar. No se recuerda una sacada de pies tan contundente, y aunque solo se conoce el intercambio de tuits, parece que hubo otras diligencias fallidas

La postura sin dudas fue muy extrema, mucho más que se suponían objetivos comunes, que tenían el mismo propósito: enfrentar la dictadura y preservar la democracia.

Que no quieran nada con el gobierno, se entiende, pero que tampoco con la oposición intriga, y las razones debieran inquietar y preocupar, ya que vienen dos consultas en camino.

El gobierno siempre será el malo de la película, y la oposición remedio, alternativa, alternancia. Si no quieren continuidad, entonces sí cambio, y para que se produzca, se necesita su militancia. La oposición política hizo bien en replegarse, pues no le convenía esa contingencia, y sobre todo debía cuidarse de no afectar un auge de masa en la parte más dinámica de la sociedad.

La cautela, la prudencia, la contención fue una reacción adecuada, pero no suficiente. Ese elemento social, ese activismo coyuntural no pueden consumirse en sí mismo, disolverse sin rendir políticamente.

Pocos se tragarán el cuento de la espontaneidad, pero tampoco se conoce la mano que mueve la cuna, y sería una gran pérdida que las concentraciones o los cacerolazos no sean más que imágenes y ruidos.

La estrategia de la marcha tal vez no haya rendido el fruto esperado, y debiera ponerse en marcha una estrategia en que la indignación de los jóvenes cumpla un designio superior.

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