EL BULEVAR DE LA VIDA
Elecciones en 19 días y 500 noches
Hoy el problema de la sociedad dominicana no son los 19 días de apuros que faltan, sino las 500 noches de desconfianza que restan para las elecciones municipales del 15M.
Si hay confianza, en 19 días se puede redescubrir América, pero lo que no se puede hacer es organizar una elecciones si antes no se recobra la confianza, y que vuelva un electorado indignado “a querer sin presentir”.
El problema no son los 19 días para organizar sino las 500 noches para volver a confiar.
¿Cómo llegamos a esto? Pues, por una suma de torpezas que ha traído una suma de temores de todos los colores.
El creciente aumento de la desconfianza del ciudadano hacia la Democracia, sus actores, partidos, políticos y funcionarios, logrará el milagro. Ya verán cómo ahora sí, se hará lo que nunca se ha hecho y mil veces se ha pedido y exigido desde 1966 hasta ayer: Unas elecciones transparentes, justas y equitativas.
Es hora de agradecer. El país no tiene con qué pagar a los jóvenes indignados de la Plaza, ni a los dos impresentables que lanzaron las tres bombas lacrimógenas que aumentaron la indignación... y también el apoyo a la plantada.
Gracias al genio de la estrategia que pretendió resolver esta chapucería culpando a un coronel y un técnico en informática, sin ni siquiera referirse al “ellos” que se menciona en el chat.
Un agradecimiento sin fondo a los dos PLD, -muertecitos de éxitos en verde o en morado- que no entendieron que ese partido, como todo el sistema político establecido en 1966, necesitaba renovación, oxigenación, caras nuevas. (Con lo linda que estaba la mar).
De esta crisis no saldremos sin un gran acuerdo político-institucional que permita frenar la arrabalización institucional, aplicar un régimen de consecuencias a lo mal hecho, y disponer “(ipsofactamente)” la independencia (incluida la independencia económica) del Ministerio Publico y la Cámara de Cuentas.
A Medina, Fernández, Abinader y Castaños, como al McKINNEY para Color Visión, aún les queda la palabra. Solo que, para ese acuerdo, no disponemos de 19 días ni de 500 noches, sino de una semana que, como advierte Sabines, “No es mucho ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego”.... precisamente.